VANCOUVER (Canadá).- Tras quince años de planificación, Estados Unidos y Canadá iniciaron la puesta en marcha del mayor observatorio marino del mundo que, según los expertos, vaticinará terremotos y olas gigantes ("tsunamis").
El denominado Proyecto Neptuno es un esfuerzo conjunto de la Universidad de Washington, en Estados Unidos; y la Universidad de Victoria, en Canadá.
"Neptuno permitirá la predicción de terremotos por décimas de segundos, tiempo suficiente para apagar plantas de gas y electricidad y, por lo tanto, para evitar grandes catástrofes", dijo a la agencia EFE el director del programa en Estados Unidos, John Delaney.
Este proyecto científico desarrollará un observatorio marino mediante un sistema de fibra óptica.
"Pero lo más importante es que se va a transmitir información las 24 horas del día desde las profundidades marinas, lo que permitirá una forma de estudio del océano nunca antes vista que significa una gran revolución para las ciencias del mar", agregó.
Delaney, profesor de Oceanografía en la Universidad de Washington y especialista en Geología Marina, aseguró que este observatorio marino también predecirá movimientos sísmicos terrestres en todo el mundo, desde Chile hasta Japón.
El Gobierno de la provincia canadiense de Columbia Británica y la Fundación Canadiense para la Innovación acaban de otorgar 62,4 millones de dólares canadienses (47,9 millones de dólares estadounidenses) para el desarrollo de la primera etapa del proyecto.
Esta consiste en la instalación de un sistema de 30 laboratorios submarinos conectados por más de 3.000 kilómetros de cables de fibra óptica alrededor de la placa tectónica Juan de Fuca.
Esa placa se ubica en aguas continentales de los estados norteamericanos de Washington y Oregón, y la provincia canadiense de Columbia Británica.
En esa red de fibra óptica se crearán entre 30 y 50 puntos de recogida de datos, gracias a instrumentos y vehículos submarinos robotizados.
"Igual que la invención del satélite cambió la forma en como percibimos la superficie terrestre, este programa cambiará nuestra percepción de los océanos y nos va a permitir comprender claramente cómo funcionan los ecosistemas marinos", dijo el director del capítulo canadiense del proyecto, Chris Barnes.
Barnes fue durante la pasada década director de la facultad de Ciencias de la Tierra y el Mar de la Universidad de Victoria, y en la actualidad es profesor en esa escuela.
Una vez que el proyecto entre en funcionamiento, señaló Barnes, cualquier persona en el mundo que tenga acceso a la Internet podrá entrar a la página Web del proyecto (www.neptune.washington.edu/ o www.neptunecanada.ca/index.html) en la que se transmitirá permanentemente información en tiempo real proveniente de las profundidades oceánicas.
"Tanto estudiantes como profesores en escuelas y universidades de todo el mundo, así como científicos e investigadores, tendrán acceso a las imágenes recogidas por el sistema de fibra óptica", indicó Valerie Poulin, portavoz de la Fundación Canadiense para la Innovación, una de las organizaciones que financia el proyecto.
Lo que el proyecto Neptuno va a lograr es llevar la Internet hasta las profundidades del mar y la información que se obtenga se almacenará en un banco de datos.
En un futuro, la información disponible permitirá predecir terremotos y "tsunamis", encontrar pozos submarinos de petróleo y controlar las fronteras marítimas con fines de seguridad, agregó Barnes.
"Ahora que ya contamos con algunos fondos, vamos a comenzar a desarrollar las partes más difíciles del proyecto que tienen que ver con la ingeniería del diseño y con los mecanismos que se van a utilizar para la instalación del sistema", señaló Delaney.
Se estima que toda la red de fibra óptica y los aproximadamente 30 laboratorios submarinos estarán completamente instalados para 2008 y el observatorio marino más grande del mundo tendrá una duración de más de 30 años.
Barnes explicó que el observatorio también podría ayudar a comprender los ecosistemas marinos, tanto con fines económicos -por ejemplo, gestión de la pesca- como científicos y ecológicos.