ANKARA.- Varios miles de personas manifestaron el sábado bajo estrictas medidas de seguridad en las principales ciudades de Turquía para condenar los atentados de Estambul, pero también para denunciar la actitud de Estados Unidos.
En Estambul, escenario el 15 de noviembre y el jueves anterior de cuatro atentados suicidas que causaron 52 muertos y cerca de 750 heridos, por lo menos 3.000 personas se reunieron en la plaza central de Taksim atendiendo el llamado de varios sindicatos y organizaciones no gubernamentales turcas de izquierda bajo el lema "la paz contra la violencia y el terrorismo".
Numerosos manifestantes enarbolaban la bandera turca y coreaban: "No a la guerra, sí a la paz", "Abajo el imperialismo norteamericano" y "No a los yanquis".
Un minuto de silencio fue observado en memoria de las víctimas.
Cerca de 200 policías antidisturbios se encontraban presentes, pero no intervinieron.
Los manifestantes subieron a lo largo de la calle peatonal de Istiklal, hasta las barreras de la policía que impedían el acceso al consulado general de Gran Bretaña, atacado el pasado jueves con un coche bomba.
Manifestaciones similares se llevaron a cabo en Ankara y en la ciudad de Izmir, en la costa egea del país, según la agencia de noticias Anatolia. Estas manifestaciones terminaron sin incidentes.
"Es necesario permanecer unidos después de estos ataques, de lo contrario los terroristas lograrán una victoria", declaró a la AFP Kiymet, una maestra de 40 años.
Según esta militante de izquierda, los atentados están "relacionados" con los norteamericanos y han sido provocados por la política del gobierno turco aliado de Estados Unidos y de Gran Bretaña en el seno de la OTAN.
"Conocemos a los asesinos", proclamaba una pancarta de militantes del Partido Comunista (TKP) en la que podían verse fotos del presidente norteamericano George W. Bush, del primer ministro británico Tony Blair y de su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan.
La maestra lamentó no obstante que la manifestación no hubiese sido más importante. "Había poca gente pese a la magnitud de los ataques" en Estambul, la metrópoli económica turca que cuenta con cerca de 15 millones de habitantes.
Erdogan, que asistió a una ceremonia en un teatro en Estambul en memoria de un actor muerto en uno de los ataques, afirmó por su parte que "las bombas no nos impedirán vivir libremente".