SAO PAULO.- El rabino Henry Sobel, presidente de la Congregación Israelita Paulista y considerado el religioso judío más influyente de Brasil, pidió hoy que se implante la pena de muerte en el país, en medio de una protesta contra la violencia.
"El judaísmo condena categóricamente la pena de muerte, pero en mi calidad de padre, estoy a favor de que su aplicación en casos excepcionales", declaró el rabino ante unas 5.000 personas que protestaban por el reciente asesinato de una pareja de jóvenes.
La manifestación fue convocada por organizaciones civiles tras la muerte violenta de Liana Friedenbach, de 16 años, y Felipe Caffé, de 19, asesinados el fin de semana pasado cuando acampaban en el parque Embu-Guacu, en las afueras de Sao Paulo.
La policía ha detenido a cinco personas, entre ellas a un menor de 16 años, por su presunta participación en el asesinato. El adolescente fue acusado de dar muerte a Liana, hija de un conocido miembro de la comunidad judía paulista.
Los manifestantes protestaron también por el llamado Estatuto del Niño y el Adolescente, que limita y suaviza las penas que se aplican a los jóvenes delincuentes.
Según el rabino Sobel, ese estatuto debe ser reformado, de modo de que se apliquen castigos más duros en casos de asesinatos.
"Es un estatuto obsoleto, porque nos roba el más sagrado de los derechos: el derecho a la vida", dijo el rabino ante la multitud.
El religioso judío, uno de los principales oradores en un acto con que concluyó la marcha por las calles de Sao Paulo, dijo que lamentaba "decepcionar a los amigos y compañeros defensores de los derechos humanos, pero lo que pasa en Brasil es un horror", apuntó.
Según Sobel, "las cosas han llegado a tal punto que no cabe otra solución" que la pena de muerte.
El religioso se definió como un liberal, pero agregó que "todo liberalismo tiene límites" y que el suyo ha sido sobrepasado por los altos índices de violencia que existen en Brasil.
Los manifestantes se dirigieron hasta la sede de la Asamblea Legislativa de Sao Paulo, donde entregaron un manifiesto en el que exigieron una mayor celeridad policial en las investigaciones sobre la muerte de la pareja.
Entre las exigencias de los manifestantes, se incluye la convocatoria de una consulta popular para que los brasileños decidan sobre una serie de reformas que proponen al Estatuto del Niño y el Adolescente, entre las que destaca una rebaja de la edad limite para la responsabilidad penal, actualmente de 18 años.