BARCELONA.- "Copito de nieve", el único gorila albino en cautiverio que había en el mundo, falleció la madrugada del lunes en el Zoo de Barcelona a consecuencia del cáncer de piel que padecía, informaron fuentes municipales.
El gorila albino, traído desde la selva guineana a Barcelona en 1966, padecía desde hacía tiempo un cáncer de piel y desde hace unos meses se temía por su vida.
Capturado por el agricultor Benito Manié, un cazador de la tribu essamangon, de la etnia fang, que había abatido a toda su familia -por considerar que los gorilas destrozaban sus cosechas-, Manié advirtió la presencia de una cría albina agarrado a la espalda de la madre muerta.
Copito, que tenía entre dos y tres años, medía 54 centímetros y pesaba 8,75 kilos, fue entonces trasladado a un centro de adaptación que el zoo barcelonés tenía en Ikunde y fue adquirido por el primatólogo catalán Jordi Sabater Pi.
Con el nombre de "Nfumu-Ngui", gorila blanco en la lengua de la etnia fang, hizo su primera aparición pública en una portada de la revista norteamericana National Geographic en marzo de 1967 ya con el nombre de "Copito de nieve", con el que se convirtió en un emblema de la ciudad de Barcelona.
En vida, tuvo tres parejas, con las que tuvo 21 hijos, de los cuales el único varón, Urko, murió el pasado mes de agosto tras una operación de peritonitis y ninguno de sus hijos ni de sus nietos heredó su albinismo.
El gorila albino llegó a pesar 181 kilos, alcanzó 1,63 metros de altura, con una alimentación a base de frutas, verduras, leche y yogur desnatado.
Sus cerca de 40 años de vida, muy superior a los 25 que suelen alcanzar en libertad, equivalían a más de 80 de un humano.