CARACAS.- La oposición venezolana comenzará mañana viernes a recoger firmas con el fin de que se convoque un referendo, a principios de 2004, que permita sacar de la Presidencia del país a Hugo Chávez.
De igual forma, recogerá firmas para tratar de activar referendos revocatorios contra 33 diputados oficialistas.
Para activar el referendo, los opositores a Chávez necesitan recoger, entre mañana y el lunes, 2,4 millones de firmas, el 20 por ciento de los 12 millones venezolanos inscritos en el Registro Electoral Permanente (REP).
De no alcanzarse esa cifra, la oposición no dispondrá de otra oportunidad para truncar el mandato de Chávez y deberá esperar a las elecciones de 2006 para intentar regresar al poder, que perdió en los comicios de diciembre de 1998.
Portavoces de la coalición opositora Coordinadora Democrática, que agrupa a los adversarios de Chávez, indicaron inicialmente que recogerían 7 millones de firmas para activar el referendo, luego redujeron la cifra a 5 millones y ahora hablan de 4 millones.
Hace una semana, el oficialismo emprendió una tarea similar para intentar revocar de sus cargos a 38 diputados de la oposición, 17 de ellos "ex chavistas".
Ese proceso fue calificado de "ejemplar" por instancias internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Centro Carter de Estados Unidos, dado el civismo y tolerancia que lo caracterizó.
Representantes de esas instituciones, así como del gobierno y de la oposición, han hecho votos para que esa normalidad se extienda a la recogida de firmas que comenzará mañana, aunque existe el temor de que se presenten incidentes violentos.
Chávez ha asegurado que es "casi imposible" que se reúnan las firmas necesarias para activar el referendo en su contra y ha advertido que, debido a ello, hay sectores radicales en la oposición dispuestos a "reventar" el proceso.
El Gobierno ha expresado su temor a que grupos terroristas vinculados a los militares que participaron en el golpe de Estado de abril de 2002, maten a firmantes de la oposición para responsabilizar de ello a Chávez e intentar crear las condiciones para un nuevo levantamiento.
Las prevenciones oficiales también apuntan a los medios privados de comunicación, especialmente a los canales de televisión.
El gobierno duda de que éstos acaten las normas del Consejo Nacional Electoral (CNE) y mantengan el equilibrio informativo que mostraron durante el "firmazo" de la semana pasada. Chávez les advirtió ayer, miércoles, de que si violan las normas del CNE y rompen los cauces democráticos mediante mensajes desestabilizadores o de corte golpista, serán intervenidos por las fuerzas de seguridad del Estado.
Igualmente, les adelantó que si cambian de estrategia y lanzan emisiones conjuntas, el gobierno responderá también con emisiones nacionales en cadena, de radio y televisión, de conexión obligatoria para todos los medios, las veces que hagan falta.
La oposición dispondrá de 2.698 mesas para respaldar el referendo contra Chávez y de 1.298 mesas para los referendos contra los 33 parlamentarios oficialistas cuya destitución proponen.
Unos 60.000 soldados y 12.000 reservistas que colaboran en el proceso serán reforzados, según Chávez, en las próximas horas ante la eventualidad de algún atentado terrorista.
Al igual que la semana pasada se habló de presiones a empleados públicos para que firmasen contra los diputados de oposición, ya aparecieron denuncias sobre amenazas de despido contra trabajadores de empresas privadas que no demuestren que firmaron contra Chávez.
Los resultados oficiales de estos procesos no se conocerán hasta que el CNE proporcione las cifras definitivas, una vez comprobada la autenticidad de las firmas.
Ello podría ocurrir -según el organismo- hacia la segunda quincena de diciembre o primera de enero de 2004.
Mientras tanto, estará prohibido que se divulguen resultados parciales o proyecciones y que las partes se atribuyan el éxito o anuncien el fracaso de sus rivales.