PARÍS.- Un grupo de 1.200 víctimas de pruebas nucleares francesas realizadas en el Sahara o en atolones de la Polinesia, presentó hoy por primera vez en un tribunal de París una denuncia por "homicidio culposo" y "lesiones".
"Esperamos que el Estado reconozca su responsabilidad por la falta de precauciones y la contaminación a que fue sometido el personal en el lugar", explicó el abogado de las víctimas, Jean-Paul Tessonniere.
Antes de que el conjunto de damnificados presentara sus denuncias, un grupo de diputados polinesios y de ex trabajadores del sector nuclear explicó ante el Senado su experiencia.
Dijeron que estuvieron en refugios anti-atómicos donde se produjeron fugas de productos radioactivos, que posteriormente causaron tumores a trabajadores y nacimientos de niños con malformaciones.
Entre 1960 y 1996 fueron más de 80.000 las personas que, en diversa medida, sufrieron los efectos de un total de 210 explosiones nucleares en el Sahara y la Polinesia, según la denuncia.
Las primeras conclusiones de los estudios oficiales hablan de un recrudecimiento de tumores en personas que han estado en sitios donde las fuerzas armadas francesas realizaron sus experimentos nucleares.
En particular, los casos de leucemia en esas regiones son el triple del promedio en Francia.
Aunque hasta hoy el Estado francés siempre ha afirmado que las pruebas nucleares realizadas en el Pacífico no han tenido ningún efecto sobre la salud de la población ni sobre el medio ambiente, los abogados de las víctimas aseguran que diversos estudios contradicen esta tesis.