LA PAZ.— El Presidente Carlos Mesa reconoció que Bolivia enfrenta una virtual quiebra y llamó a los sindicatos y regiones a evitar presiones y les convocó a apoyar a su gobierno para sacar adelante el país.
"El Tesoro General de la Nación está desfondado. Si fuéramos una empresa hablaríamos de quiebra", dijo el viernes ante autoridades y dirigentes de Tarija, en el sur boliviano.
Habló de una "interminable lista de deudas que el estado tiene con los municipios y otros acreedores" y admitió que las funcionarios públicos paralizan los trámites de jubilación deliberadamente porque no hay dinero.
El mandatario admitió que la única solución para enfrentar la crisis es reclamar apoyo financiero de la comunidad internacional para cubrir gastos cuando ese respaldo debería "privilegiar la inversión".
Dijo que esa actitud "pedigüeña" ya no surtirá efectos en el futuro y que la única salida es bajar los gastos, aumentar los ingresos y dejar las presiones. "No puede seguir la actitud de los grupos de presión que esperan que se resuelva su situación en función de una huelga como si el gobierno fuera una máquina de fabricar dinero", dijo.
Agregó que el cambio será posible "si las empresas petroleras, el gobierno y todo el país se sacrifican".
Diversos sindicatos presionan al gobierno para incrementar el impuesto a los empresas petroleras y mejorar así los ingresos, mientras los empresarios exigen modificar una reciente norma impositiva destinada a incrementar las recaudaciones.
Empresas constructoras bloquearon dos días esta semana con maquinaria pesada las calles céntricas de la ciudad de Santa Cruz al Este de Bolivia exigiendo la ampliación del plazo que les obliga a pagar impuestos.
Desde que asumió el gobierno el 17 de octubre tras una cruenta protesta social que derivó en la renuncia de su antecesor, Gonzalo Sánchez de Lozada, el mandatario intenta lograr apoyo financiero externo para superar el déficit que este año puede llegar al 8% según estimaciones oficiales.
En sus reuniones públicas habla sin rodeos de la situación crítica de las finanzas, pero aún así regiones, empresarios y sindicatos presionan con medidas de hecho reclamando atención a sus demandas.
