PARÍS.- La princesa Carolina de Mónaco, nombrada hoy embajadora de buena voluntad de la Unesco, se comprometió a "impulsar" la educación en los niños y en la mujer, porque "educar a la mujer es educar toda una nación".
La ceremonia de su nombramiento transcurrió entre flashes y decenas de fotógrafos dispuestos a captar hasta el último gesto de la también princesa de Hannover, vestida para la ocasión con una chaqueta color marfil sobre vestido negro.
Carolina de Mónaco estuvo acompañada por su esposo el príncipe de Hanover, el modisto Karl Lagerfeld, el empresario Pierre Bergé y otros embajadores de Buena Voluntad de la Organización, como la actriz italiana Claudia Cardinale, el jeque Ghassan Shaker, y el diplomático indio Madanjeet Sihgh.
La Princesa reconoció hablar "en tanto que mujer y madre privilegiada", aunque por ello, dijo "sentirse concernida" por los programas de "educación no formal y micro-créditos para el futuro de jóvenes y mujeres en medios rurales".
Tras "muchos años armada de buena voluntad" al frente de la Fundación Princesa Gracia y de AMADE, afirmó, "se me impuso la evidencia de que mejorar la existencia de los niños en el plano educativo, cultural, moral y sanitario pasa, obligatoriamente, por ayudar a la mujer y a la madre.
Carolina de Mónaco recibió este nombramiento del director general de la Unesco, Koichiro Matsuura, "en reconocimiento de su compromiso en favor de la protección de la infancia y la familia y su contribución a la promoción de los programas de la Organización para la educación de jóvenes adolescentes y mujeres".
En su contundente discurso en defensa de la mujer, Carolina de Mónaco destacó que el poder de decisión de las mujeres en el seno de sus familias aumenta con su nivel de educación y su actividad profesional.
Carolina elogió el sistema de microcréditos, "estrategia clave en la lucha contra la pobreza" y recordó que estos se otorgan fundamentalmente a las mujeres por ser más eficaces.
Matsuura celebró la presencia de "una de las más eminentes personalidades monegascas, también presidenta de la Asociación Mundial de los Amigos de la Infancia (AMADE)", organización que obra para "proteger la integridad física y moral de los niños".
Y recordó que la nueva embajadora, "a través de la Fundación Princesa Gracia de Mónaco" que también dirige, moviliza "importantes apoyos financieros en favor de los niños hospitalizados en los sanatorios públicos franceses".
En la UNESCO, la contribución de la princesa de Hannover "será sin duda excepcional" para mejorar la vida cotidiana de niñas, jóvenes y mujeres en países muy pobres, resaltó.
El director general manifestó su satisfacción porque Carolina hubiese aceptado convertirse en madrina de un proyecto de educación informal para adolescentes, jóvenes y mujeres de países en desarrollo.
Su educación "es uno de los seis objetivos prioritarios que la comunidad internacional se fijó en el Foro de Dakar" y "una de las claves del desarrollo", manifestó.
Este tipo de educación -añadió- ha permitido a millones de niños, adolescentes y adultos que no se beneficiaban del sistema educativo de sus respectivos países, "acceder a una educación de base y a la adquisición de competencias esenciales para su integración social".