WASHINGTON.- Las ráfagas de viento o las duras rocas podrían arruinar el mes próximo el aterrizaje de dos robots diseñados para explorar la superficie de Marte, dijo el martes la NASA.
Pero la Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos, golpeada por el desastre del transbordador Columbia en febrero y la pérdida de dos misiones a Marte en 1999, dijo que no ha escatimado gastos en el plan de la nueva misión al planeta rojo.
En caso de tener éxito, los dos robots, llamados "Spirit" y "Opportunity", ayudarán a responder las preguntas sobre cuánta agua llegó a existir en la superficie de Marte y si estuvo contenida en lagos o ríos capaces de preservar alguna forma de vida.
"Esta misión es sólo el principio en encontrar el lugar indicado en la búsqueda de vida", dijo Ed Weiler, administrador asociado de la NASA para ciencia espacial, en una conferencia de prensa.
Marte es un destino peligroso. De 30 misiones lanzadas por varias naciones, sólo 12 han tenido éxito. De nueve intentos por aterrizar, sólo tres han sido exitosos.
"Aterrizar en Marte es muy, muy, muy difícil", dijo Weiler. "Marte ha sido un destino sobrecogedor. Algunos, incluyéndome a mí, lo llamamos el Planeta de la Muerte".
Pero dijo que se habían extremado las precauciones en el lanzamiento de las dos pequeñas naves, del tamaño de un carrito de golf. "No sé qué más pudieran haber hecho los humanos para que estos exploradores sean exitosos", dijo Weiler.
Algunos de los fracasos del pasado han sido atribuidos a la falta de financiamiento adecuado.
"Pero Marte será el que determine si tenemos éxito", dijo Weiler. "Podríamos aterrizar sobre una roca. Podríamos encontrar una racha de viento".
Los dos exploradores, con un valor total de 800 millones de dólares, irán en el interior de una nave de aterrizaje que descenderá en paracaídas a la superficie de Marte, tras recorrer 500 millones de kilómetros en un viaje de siete meses desde la Tierra.
El Spirit aterrizará el 3 de enero y el Opportunity le seguirá, en el lado opuesto del planeta, el 24 de enero.
Después de que nueve grandes globos sean desplegados, rodeando la nave de aterrizaje como un racimo de uvas, el Spirit golpeará la superficie de Marte y tras una serie sucesiva de rebotes, algunos hasta de 3 kilómetros de altura, se posará finalmente.
La NASA no sabrá nada de los exploradores por hasta 24 horas después del aterrizaje, sin conocer el paradero de la nave hasta que pueda sacar sus antenas y enviar una señal a la Tierra, que quedará fuera de rango de la nave 10 minutos después del aterrizaje.
Si todo sale bien, el Spirit desplegará una cámara que puede moverse en todas direcciones y encontrar rocas interesantes para estudiar. Las misiones previas han mostrado "mucha agua en Marte", dijo Weiler.