NACIONES UNIDAS.- Siete meses después de la invasión de Irak, la ONU inició hoy el control y supervisión del Fondo de Desarrollo de Irak, organismo que gestiona las ventas del petróleo y que cuenta con más de 6.000 millones de dólares en recursos.
La ONU convocó para hoy la primera de las reuniones del pequeño comité que se encargará de auditar las cuentas del Fondo de Irak, cuyos recursos deben utilizarse exclusivamente en beneficio de la población iraquí, según decidió el Consejo de Seguridad.
Esta Junta Internacional de Asesoramiento y Supervisión, como se le denomina, está formada por representantes de la ONU, del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Fondo Arabe para el Desarrollo Social y Económico, y del Banco Mundial (BM).
A la cita de hoy, dedicada fundamentalmente a poner en marcha el grupo de trabajo y a fijar el calendario de reuniones, asistió el secretario general de la ONU, Kofi Annan, acompañado de su asistente Jean Pierre Halbwachs, que le representará a partir de ahora en las reuniones.
El FMI ha nombrado para este comité al miembro de su departamento financiero Bert E. Keuppens; mientras que en representación del Banco Mundial ha acudido el vicepresidente Fayezul Choudhury.
El Fondo Arabe todavía no ha nombrado a su representante, según informaron fuentes de Naciones Unidas.
El origen de este comité se encuentra en la resolución del Consejo de Seguridad 1483, aprobada el pasado 22 de mayo, que estableció la creación de un Fondo de Desarrollo para Irak a fin de que pudiera gestionar los ingresos procedentes del venta de crudo.
La misión de este fondo debía ser, según la resolución, la de "satisfacer las necesidades humanitarias, llevar a cabo tareas de reconstrucción económica y de infraestructuras, continuar con el desarme, y hacer frente a los gastos de la administración civil iraquí, así como para otros fines que vayan en beneficio de la población".
Para asegurar el buen funcionamiento del fondo, que está gestionado por el Banco Central iraquí, se decidió crear una Junta Internacional de Asesoramiento y Supervisión, que se encargaría de su auditoría.
En la práctica, según fuentes diplomáticas, este comité debe velar porque las fuerzas de la coalición utilicen los ingresos del petróleo sólo para atender las necesidades del pueblo iraquí más imperiosas, sin que les esté permitido asumir compromisos a más largo plazo.
Si bien el fondo se nutrirá de los ingresos de la venta de crudo iraquí, ha recibido en los últimos meses un ingreso de 3.200 millones de dólares procedentes del ya finiquitado programa "Petróleo por Alimentos".
Este programa humanitario ha sido desarrollado por las Naciones Unidas en los últimos seis años, en los que Irak estuvo sometido a un duro embargo por el incumplimiento de las resoluciones de la ONU.
El programa permitió a Irak comprar bienes humanitarios y equipos de primera necesidad con los ingresos obtenidos con la venta de petróleo, que era controlada por la ONU.
Tras la invasión de Irak, se decidió que se pondría punto y final al programa humanitario y que la gestión de las ventas de crudo pasara a manos de las Autoridad Provisional de la Coalición (CPA, por sus siglas en inglés).
Además de los 3.200 millones de dólares recibidos del programa "Petróleo por Alimentos", el Fondo de Desarrollo de Irak cuenta con otros 2.500 millones obtenidos de la venta de crudo en los últimos meses.
A ellos se unen otros 540 millones de dólares que Irak tenía depositados en cuentas bancarias en el extranjero, y que también han sido depositados en el fondo, lo que suma un total de 6.240 millones.
A este dinero hay que restar los cerca de 1.500 millones de dólares que se han gastado hasta ahora en la rehabilitación de las infraestructuras eléctricas y petroleras, en trigo y maíz, además de en financiar otras partidas del presupuesto iraquí.