BOGOTÁ.- Los 160 combatientes de las autodefensas campesinas con mayor historia en Colombia depusieron hoy sus vetustas armas durante una ceremonia celebrada en un caserío del suroeste del país.
El acto de entrega, al que asistieron el comisionado presidencial para la paz, Luis Carlos Restrepo, y observadores de la OEA, se cumplió en Ortega, una aldea incrustada en la cordillera occidental donde por décadas el grupo armado resistió con escopetas y unos cuantos fusiles los ataques de la guerrilla.
"Estamos ante el caso de unas auténticas autodefensas campesinas, una comunidad que frente a los problemas de seguridad y violencia se organizó en la ilegalidad para defenderse", señaló Restrepo.
Los 160 combatientes de las Autodefensas Campesinas de Ortega, un movimiento de origen campesino que data de 1960 y compuesto en su mayoría por hombres entre los 35 y 60 años, se comprometieron ante el gobierno a no volver a empuñar las armas.
"Decidimos entregar las armas porque no queremos continuar ni cooperar con esta guerra", señaló el líder de la organización, conocido con el alias de "Mono".
El gobierno se comprometió, a cambio, a garantizar la seguridad en la zona e implementar varios proyectos de desarrollo agrícola y ganadero.
"Hay un compromiso por parte del gobierno de asumir plenamente el control de la zona. Hemos hecho una coordinación con las autoridades militares para que así acontezca y una capacitación a los ciudadanos, para que ellos aprendan generar mecanismos de seguridad democrática, pero en la legalidad", indicó el comisionado para la paz.
A diferencia de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC, ultraderecha), el grupo armado de Ortega no ha incurrido en delitos atroces o financiado sus actividades con el dinero proveniente del narcotráfico, confirmaron las autoridades.
"No tenemos problemas con la justicia, ya que no hemos realizado ni masacres ni estamos involucrados con los cultivos ilícitos", señaló el Mono, quien durante dos décadas lideró con más ingenio que recursos la lucha contra la guerrilla.
El líder campesino aún recuerda con sorna cómo sus compañeros hacían creer a los grupos rebeldes que el armamento con que los combatían correspondían a fusiles modernos.
"Para nosotros son escopetas, pero para la guerrilla eran fusiles, pues muchos les hacían proveedores de madera y los pintaban de negro", dijo el campesino en declaraciones al diario "El Tiempo" de Bogotá.
La desmovilización de las Autodefensas Campesinas de Ortega se efectuó doce días después de que los 855 combatientes del Bloque Cacique Nutibara de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) depusieran sus armas en una ceremonia realizada en un recinto cerrado de la ciudad de Medellín.
El gobierno colombiano y las AUC celebran desde el pasado 15 de julio un proceso de paz que prevé la desmovilización de todos los miembros de esa organización (aproximadamente unos 10.000) para antes de diciembre de 2005.