BRUSELAS.- Los países de la UE no se pusieron hoy de acuerdo sobre la propuesta de la Comisión Europea encaminada a autorizar la importación de una variedad de maíz genéticamente modificado, según informó un portavoz de la CE.
El Comité Permanente de la Cadena Alimentaria de la UE, formado por expertos de los estados miembros, "no ha alcanzado la mayoría cualificada necesaria para aprobar la propuesta de la Comisión", anunció en rueda de prensa Reijo Kemppinen, portavoz del Ejecutivo comunitario.
De haberse aprobado la autorización de este maíz, conocido como "bt11", habría significado el final efectivo de la moratoria sobre todos los transgénicos que desde 1998 ha venido aplicando la Unión Europea.
Votaron a favor de la autorización los representantes de seis estados (Finlandia, Suecia, Reino Unido, Holanda, Irlanda y España), otros seis votaron en contra (Grecia, Dinamarca, Francia, Austria, Luxemburgo y Portugal), y tres se abstuvieron (Bélgica, Italia y Alemania), según otro portavoz comunitario.
El expediente será ahora transmitido al Consejo de ministros de la UE, para que vote, igualmente por mayoría cualificada, en enero.
"Si después de tres meses, el Consejo no tomara ninguna decisión, entonces el asunto volvería a la Comisión, que podría aprobar la autorización", recordó Kemppinen.
Si la variedad de maíz resulta autorizada como propone la Comisión, será "etiquetada convenientemente (’maíz con organismos genéticamente modificados’)", explicó el portavoz, y sólo se podrá importar a partir del 18 de abril de 2004, fecha en la que entrará en vigor la nueva legislación europea sobre etiquetado y control de los OGM.
Una decisión positiva en el Comité habría supuesto desbloquear el número de expedientes de OGM con dictamen científico favorable (8), pero que no han sido autorizados, porque cinco países se negaban hasta ahora a comercializarlos en su territorio.
Esta paralización de las autorizaciones, conocida como "moratoria de facto" de la UE sobre los OGM, ha sido criticada a nivel internacional y ha suscitado las quejas de Estados Unidos, Canadá y Argentina ante la Organización Mundial de Comercio (OMC).
En concreto el Gobierno estadounidense, defensor a ultranza de la biotecnología, ha insistido en que Europa restringe el comercio con su política sobre los OGM y ha hecho de este asunto uno de los motivos de controversia clásicos con los europeos.
Para que sea aprobado el maíz "bt11", es necesaria una mayoría cualificada.
Ya en noviembre, el mismo Comité analizó la solicitud de Syngenta, que afecta sólo a la importación, y algunos países (Austria y Luxemburgo) pusieron objeciones antes de permitir el nuevo transgénico.
La Comisión Europea y algunos países, como España, defienden que las nuevas normativas sobre etiquetado y seguimiento de OGM en la UE bastan para garantizar que los transgénicos que llegan al mercado europeo son seguros.