CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II dijo hoy en el Vaticano que Dios no es indiferente ante los dramas humanos y que está presente en la historia "colocándose de la parte de los justos y de las víctimas".
El Pontífice hizo estas manifestaciones ante unas 6.000 personas, que asistieron en el Aula Pablo VI a la audiencia pública de los miércoles, en la que mostró aspecto cansado, en la misma línea que en las últimas semanas, pero con la voz clara y fuerte, sobre todo cuando se refirió a la opción de Cristo por los que sufren.
La catequesis de hoy la dedicó al Cántico 19 del Libro del Apocalipsis "Las bodas del Cordero". Como ya es habitual se saltó algunos párrafos del texto en italiano y tampoco leyó los resúmenes del mismo en diferentes idiomas, limitándose a saludar en español, portugués, italiano, inglés, francés, alemán y polaco a los fieles procedentes de esas naciones.
El Papa resaltó que el cántico contiene una serie de aclamaciones y aleluyas, pero precisó que detrás está el dramático lamento de los hombres que se encuentra ante el derrumbe de la Babilonia imperial, "la ciudad de la malicia y de la opresión, símbolo de las persecuciones enfurecidas contra la Iglesia".
"En medio de esas invocaciones está la decisiva intervención de Dios. El Señor no es indiferente, como un emperador impasible y aislado, ante los dramas humanos. Su trono está en el cielo, pero sus ojos están abiertos sobre el mundo y sus pupilas escrutan a cada hombre", afirmó el Pontífice.
Juan Pablo II agregó que la mirada de Dios es "manantial de acción", ya que interviene y destruye "los imperios prepotentes y opresivos, abate a los orgullosos que lo desafían y juzga a cuantos perpetran el mal".
Papa Wojtyla agregó que Dios "irrumpe" en la historia y que fue "terrible" la intervención divina contra Babilonia, "descuajada de su sede y arrojada al mar".
"Por ello, nuestra plegaria debe invocar y alabar la acción divina y su triunfo sobre el mal, porque Dios está presente en la historia colocándose de la parte de los justos y de las víctimas", agregó el Papa.
Concluida la audiencia y como es habitual, saludó en diferentes idiomas. En español tuvo palabras de afecto para los fieles de España y México presentes, así como de otras naciones iberoamericanas, a que los dijo que animó a tener el corazón puro y sincero en este tiempo de adviento y que confíen plenamente en la misericordia divina.
Juan Pablo II se despidió de los congregados con unas "Felices Navidades".