WASHINGTON.— Las primeras interrogaciones a Saddam Hussein se concentrarán en los vínculos del ex Presidente iraquí con la guerra de guerrillas y tratarán de sacarle información sobre ataques inminentes y el paradero de los líderes de la resistencia, afirmaron autoridades estadounidenses.
Al principio no importa tanto si Saddam responderá a las muchas preguntas sin respuesta sobre los presuntos esfuerzos de Irak para desarrollar armas químicas, biológicas y nucleares y los vínculos de su gobierno con el terrorismo, dijeron las autoridades.
Eso será tema para futuros interrogatorios, tal vez cuando los interrogadores hayan establecido una relación armoniosa con Saddam, según los funcionarios, quienes hablaron a condición de no ser identificados.
El teniente general Ricardo Sánchez, máximo comandante militar estadounidense en Irak, dijo que Saddam se mostró dispuesto a cooperar y hablar. Sin embargo, otros funcionarios evitaron sugerir que haya proporcionado ninguna información de inteligencia útil justo después de su captura.
Su esperanza inmediata es que tendrá muchos datos valiosos sobre la insurgencia contra las fuerzas de ocupación encabezadas por Estados Unidos y sus aliados iraquíes, dijeron funcionarios.
Es una carrera contra el tiempo. Su información pierde un poco más de vigencia cada hora que pasa, y otros líderes del derrocado gobierno de Saddam pueden moverse o tomar otras medidas para evitar ser capturados.
Las autoridades estadounidenses quieren conocer el papel y paradero de Izzat Ibrahim al-Douri. El fue vicepresidente del Consejo del Comando Revolucionario y confidente de Saddam durante largo tiempo, y se cree que su familia y partidarios ayudan a los insurgentes.
Las autoridades dijeron que había poca evidencia inicial de que Saddam tuviera control operativo sobre la resistencia. Anunciaron que no encontraron equipo de telecomunicaciones, mapas ni otra evidencia de que el ex dictador tuviera un centro de mando de las guerrillas en su escondite.
Las autoridades de inteligencia han dicho previamente que creen que Saddam estaba demasiado preocupado por su supervivencia y por mantenerse oculto que en proporcionar algo más que un liderazgo simbólico.
"Dada la ubicación y las circunstancias de su captura, está claro que Saddam no estaba manejando la insurgencia y que tenía muy poco control o influencia (sobre ella). Eso es significativo y preocupante porque significa que los insurgentes no luchan por Saddam, sino contra Estados Unidos", dijo el senador demócrata Jay Rockefeller, vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado.