GINEBRA.- El experto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Pierre Formenty expresó hoy su temor de que un brote de fiebre hemorrágica de Ébola pueda producir "una gran epidemia" de graves consecuencias.
Formenty supervisó las tareas de detección y tratamiento del último brote de Ébola en Mbomo, norte de la República de Congo, controlado tras dejar 29 muertos.
El último brote, que se inició hace dos meses en esa zona de África central, está "bajo control", según el experto, que informó que la enfermedad altamente contagiosa y mortífera afectó a 34 personas, de las cuales cinco todavía permanecen en observación.
"No existe tratamiento específico alguno contra el Ébola", dijo Formenty en una conferencia de prensa y destacó que lo único que pueden hacer los médicos es "prestar ayuda" a los enfermos y, sobre todo, tomar medidas para evitar su propagación, ya que el índice de mortalidad puede ser de hasta nueve de cada diez afectados.
El brote anterior registrado este año en la misma zona dejó 120 muertos.
Tras la detección de la enfermedad un equipo de expertos de la OMS, junto con médicos congoleños, instalaron en esa región situada en el distrito de Cuvette-Ouest, 700 kilómetros al norte de la capital, Brazaville, un laboratorio para efectuar análisis sanguíneos y detectar rápidamente las personas afectadas.
El laboratorio de Mbomo dispone de "una vitrina a través de la cual la población puede ver la manipulación de la sangre" extraída a los pacientes, dijo el funcionario de la OMS, que añadió que eso ha contribuido a facilitar una mayor disponibilidad de las personas a someterse a las pruebas y disipar así las supersticiones.
La enfermedad, que causa fuertes hemorragias internas y produce la muerte rápidamente, recibe su nombre del río Ébola de la actual República Democrática de Congo, donde se detectó por primera vez en 1976 y desde entonces ha reaparecido misteriosamente sin que se conozca con exactitud las causas y la manera de propagarse.
Formenty indicó que la fiebre hemorrágica ha causado hasta el momento decenas o a lo sumo centenares de víctimas -en 1995 un brote mató a 265 personas en la República del Congo-, pero insistió en que "podemos tener malas sorpresas en el futuro".
"Puede que haya epidemia de mayores proporciones", señaló el funcionario de la OMS al subrayar que "existe el peligro potencial de que se propague a las grandes urbes de África, lo que tendría graves repercusiones, no sólo médicas, sino también, económicas y políticas".
De momento, la OMS ha "aprendido la lección" de las experiencias anteriores en que los médicos y expertos de ese y otras organismos internacionales tuvieron dificultades para atender a la población debido a multitud de supersticiones y creencias que impedía el diálogo.
Actualmente el equipo médico en Mbomo cuenta con el apoyo de antropólogos para tratar de explicar a la población que "no hacemos magia negra" y para cambiar sus costumbres como la de lavar con las manos la sangre de los enfermos, una de las principales vías de contagio de esa enfermedad, dijo el experto de la OMS.
Formenty expresó su convicción de que la aparición regular de brotes de Ébola está relacionada con la ingestión de carne de monos, chimpancés y gorilas muertos a consecuencia del virus y señaló que probablemente la enfermedad está vinculada a "cambios climáticos o medioambientales".