WASHINGTON.- Centenares de científicos iraquíes que colaboraron en los programas para el desarrollo de armas no convencionales de su país recibirán un estipendio de Estados Unidos para evitar que se pongan al servicio de grupos terroristas.
Según anunció hoy el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, el programa, que empleará a estos científicos en proyectos para la reconstrucción de Irak, tendrá una duración de dos años y una dotación inicial de dos millones de dólares.
Esta cantidad podría incrementarse en veinte millones más posteriormente.
El objetivo, al menos en parte, es evitar una fuga de cerebros y que estos científicos ofrezcan sus servicios a "países o grupos que sean motivo de preocupación", explicó Boucher.
El programa, que ha recibido el visto bueno del Consejo de Gobierno iraquí, comenzará con la constitución de un nuevo Centro Internacional Iraquí para la Ciencia y la Industria, cuya oficina en Bagdad estará costeada por Estados Unidos.
El centro, entre otras funciones, tendrá la misión de identificar y financiar proyectos científicos que utilicen los conocimientos de esos expertos iraquíes.
Los proyectos se pondrán en marcha seis meses después de la apertura del centro, explicó Boucher.
Según el portavoz del Departamento de Estado, "estamos dando a la gente la posibilidad de contribuir a la reconstrucción de Irak".
Los científicos y técnicos recibirán un sueldo por asistir a seminarios de adiestramiento y, una vez que los proyectos estén en marcha, se contratará a los expertos que cuenten con los conocimientos adecuados.
El programa guarda ciertas similitudes con la contratación en Estados Unidos de científicos alemanes que participaron en programas bélicos durante la Segunda Guerra Mundial, o los estipendios concedidos a los expertos rusos tras la desaparición de la URSS, la pasada década, para que no vendieran sus conocimientos al mejor postor.