BAGDAD.- El jefe del gobierno español, José María Aznar, efectuaba este sábado en Diwaniya, al sur de Bagdad, una visita no anunciada al contingente español en Irak, según la radio española, mientras que un oficial estadounidense reveló que el hombre que entregó a Saddam Hussein a las fuerzas norteamericanas fue su brazo derecho durante los ocho meses que siguieron a la caída del régimen.
Aznar partió de Madrid el viernes por la noche en dirección a Kuwait, para dirigirse luego a bordo de un helicóptero, este sábado por la mañana, a Diwaniya, según un enviado especial de la radio nacional española.
El jefe de gobierno español respaldó sin reservas la intervención estadounidense y británica en Irak, en donde fueron desplegados unos 1.300 soldados españoles.
Entre las 17 personas que acompañan a Aznar en este viaje figura el ministro de Defensa, Federico Trillo. En las pocas horas que estará en Diwaniya, 160 km al sur de Bagdad, Aznar se reunirá con las autoridades locales y compartirá un almuerzo con los militares españoles antes de regresar el sábado por la tarde a Madrid, precisó la radio nacional.
En lo que respecta a la persona que entregó a Saddam Hussein a las fuerzas estadounidenses, "es un hombre que calificaría como el brazo derecho "del ex dictador, declaró a las periodistas el comandante Stan Murphy, jefe de los servicios secretos de la primera brigada de la 4ª División de Infantería estadounidense con base en Tikrit, feudo del ex líder.
"Es un tipo despreciable y debería pudrirse en la prisión", indicó excluyendo que el informante, cuya identidad no fue revelada, perciba la prometida recompensa de 25 millones de dólares ofrecida a cambio de la captura de Saddam Hussein.
Por su parte, las autoridades interinas de Bagdad insisten en que el juicio a Hussein se realice en Irak, mientras que varios países se preparan para presentar demandas contra el ex dictador.
"Todos los miembros del Consejo de gobierno están de acuerdo sobre el hecho de que Saddam debe ser juzgado en Irak por jueces iraquíes", declaró el viernes a la AFP Hamid Al Kifai, portavoz del Consejo de Gobierno Transitorio iraquí.
El viernes, el Alto comisionado de la ONU para los derechos humanos manifestó el deseo de que el juicio de Saddam Hussein sea conforme a las normas internacionales y recordó su hostilidad de principio a la pena de muerte, reclamada entre otros por los dirigentes iraquíes y estadounidenses.
En el plano de la defensa del ex dictador, el abogado francés Jacques Verges, el italiano Giovanni Di Stefano, al igual que abogados tunecinos y jordanos, anunciaron que quieren ocuparse de esa tarea.
En Irak, el administrador civil estadounidense Paul Bremer anunció el viernes en Basora (sur) que a principios de diciembre escapó a un atentado.
Cuando un periodista le preguntó si fue el objetivo de un ataque a principios de diciembre, el responsable estadounidense respondió que "era cierto", pero se negó a dar más precisiones.
Por su parte, un responsable del Pentágono en Washington, que prefirió quedar en el anonimato, confirmó el intento de atentado con bomba contra la caravana de Bremer el 6 de diciembre pasado, cuando regresaba del aeropuerto de Bagdad a donde había acompañado al secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld.
El sábado por la mañana, un oficial de la policía iraquí indicó a la AFP que tres policías iraquíes habían muerto durante la noche del viernes por disparos de soldados estadounidenses que los confundieron con miembros de la guerrilla cerca de un retén en Salman Pak (90 km al sur de Kirkuk).
Por otra parte, Estados Unidos se felicitó por la gira que efectuó por varios países europeos el ex secretario de Estado James Baker, estimando que marca "un buen comienzo" en las discusiones para reducir la deuda iraquí, pero subrayó que "aún hay trabajo por hacer".
El viernes, el enviado especial del presidente George W. Bush sobre la cuestión de la deuda iraquí abandonó Moscú en dirección de Washington luego de haber visitado París, Berlín, Roma y Londres desde el martes.
La deuda iraquí se eleva a 120.000 millones de dólares. Los 19 miembros del Club de París son los acreedores de casi un tercio de la deuda.