LA PAZ.- Bolivia perdió la oportunidad, al menos durante la actual década, de exportar gas licuado a Estados Unidos y México, dijeron fuentes gubernamentales.
La información fue atribuida por la agencia oficial ABI al jefe del gabinete económico, Javier Nogales, quien anunció que un acuerdo para suministros de gas indonesio a América del Norte se adelantó ésta semana al vital proyecto boliviano.
"Vamos a tener que hacer cola (fila) y esperar muchos años. Probablemente ya no podamos exportar para el 2007", declaró el viernes por la noche Nogales, también ministro de Desarrollo Económico, según ABI. "Es una noticia muy mala".
El ministro sostuvo que el duro golpe para el proyecto boliviano de exportar gas licuado a mercados norteamericanos fue consecuencia de acuerdos suscritos esta semana por la distribuidora estadounidense Sempra Energy para la compra del energético en Indonesia.
El diario local "La Prensa" dijo el sábado que Sempra Energy y la petrolera británica BP (British Petroleum), a través de su filial BPMiGas en Indonesia, firmaron el jueves un acuerdo para el suministro de gas licuado por 20 años a Estados Unidos y México.
Ninguna fuente del ministerio boliviano de Hidrocarburos estuvo el sábado disponible para comentar los reportes sobre el contrato de Sempra en Indonesia.
Las reservas bolivianas de gas natural superan los 54,8 billones de pies cúbicos, las más importantes en América Latina después de las de Venezuela.
El Consorcio Pacific LNG, integrado por la empresa española Repsol-YPF y las británicas British Gas y Panamerican Energy, explota bajo contrato yacimientos petroleros y de gas natural boliviano.
Pero Bolivia no ha tomado importantes decisiones respecto al puerto por el que deberá salir el gas rumbo a mercados en América del Norte, algo que reclama insistentemente el consorcio hispano-británico para llevar adelante el proyecto, con una inversión valorada entre 5.500 millones y 6.500 millones de dólares.
El proyecto involucra, entre otras obras, el tendido de un doble ducto (para gas y líquidos) entre los yacimientos del sur boliviano y el puerto; la instalación de una planta de licuefacción e instalaciones portuarias, además de la compra de buques banqueros y la construcción de otra planta de regasificación en México.
Analistas consideran que la dilación en decidir un puerto de salida, que se ha prolongado casi tres años, influyó en que Bolivia perdiera la oportunidad de penetrar en el mercado norteamericano.