BEIJING.- Al menos 29 trabajadores murieron y otros 19 resultaron heridos hoy a causa de una explosión ocurrida en una fábrica de fuegos artificiales de la provincia nororiental de Liaoning, informó la agencia oficial Xinhua.
La explosión tuvo lugar a las 09.50 de esta mañana (00:50 GMT) en una pequeña fábrica en la localidad de Shuangmiazi, que se encuentra ubicada a menos de 100 kilómetros de la capital provincial (Shenyang).
Según testigos, las dos naves de la fábrica se desplomaron sin remedio tras la explosión sepultando a decenas de trabajadores, que acaban de comenzar su jornada laboral.
El incendio que se declaró tras la explosión se propagó con rapidez por los edificios cercanos, pero fue sofocado horas después por las brigadas contra incendios del municipio de Changtu.
Las autoridades locales, que han descartado que la factoría sea clandestina, han abierto una investigación sobre las causas del siniestro.
Un total de 29 personas murieron y más de 140 resultaron heridas a finales de julio como consecuencia de otra explosión ocurrida en una fábrica de fuegos artificiales de la provincia septentrional de Hebei.
Uno de los peores accidentes ocurridos en los últimos años en China tuvo lugar en marzo del 2001, cuando 42 niños murieron en una explosión ocurrida en una escuela en la provincia de Jiangxi, máximo fabricante de fuegos artificiales de todo el país.
Al parecer, el director había decidido transformar la escuela en un taller pirotécnico para poder paliar la acuciante falta de fondos que amenazaban con el cierre del centro.
En China, máximo productor de fuegos artificiales del mundo, existen miles de fábricas clandestinas que no respetan las mínimas condiciones de seguridad y contratan a menores de edad.
Los fuegos de artificio en China aún se hacen a mano, razón por lo que esta industria da trabajo a cientos de miles de personas en el mundo rural, especialmente a mujeres y niños.
El Gobierno de China anunció recientemente una dura campaña contra la fabricación ilegal y casera de fuegos artificiales con el objetivo de acabar con los accidentes pirotécnicos en el país, que han causado más de 250 muertos en lo que va de año.
La campaña incluye la prohibición de elaborar fuegos artificiales en casas y el cierre de todas aquellas fábricas que no dispongan de equipamiento moderno o medidas de seguridad.