BERLÍN.- Una menor de siete años, identificada como Jessica, murió de hambre en su casa de Hamburgo porque, según se supone, sus padres la mantenían encerrada en una habitación y no la alimentaban.
El cuerpo de la niña apenas pesaba 9,5 kilos, el peso promedio que tiene un menor de un año.
La autopsia confirmó que antes de morir la menor recibía tan poco alimento que incluso llegó a comer mechones de su propio cabello.
Tras este macabro hallazgo, los padres de la niña, de 45 y 35 años, quedaron detenidos. De esta forma, fueron acusados de "homicidio conjunto por omisión" y, si son encontrados culpables, podrían recibir una condena de hasta 15 años de cárcel sin fianza.
En los primeros interrogatorios, los padres de la niña declararon que no se habían dado cuenta del grave estado en que se encontraba su hija.
Algunos sectores culpan al Senado regional de no haber tomado medidas cuando la pequeña no comenzó a ir a la escuela el año pasado, algo que es obligatorio.
