PRISTINA.- El Presidente de Kosovo, Ibrahim Rugova, sobrevivió ileso a un atentado perpetrado hoy en Pristina, la capital de la convulsionada provincia serbia.
Un artefacto explosivo, activado al parecer por control remoto y escondido en un contenedor de basura, estalló al paso de una columna de automóviles en la que se desplazaba Rugova, cerca de la sede del gobierno kosovar.
El atentado se produjo cuando Rugova se dirigía a una reunión con el alto respresentante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, Javier Solana, quien se encuentra en Pristina.
Según informaciones no confirmadas, el automóvil de Rugova resultó dañado. La policía de Naciones Unidas en Pristina dijo que un transeúnte sufrió heridas a causa de la explosión.
Fuentes hospitalarias de Pristina informaron que varias personas sufrieron también heridas leves. Cristaleras de comercios de la zona y ventanas de viviendas resultaron dañadas.
Kosovo está pasando una fase de tensión, mientras partidos políticos de la etnia albanesa discuten la formación de un nuevo gobierno tras la renuncia del Primer Ministro Ramush Haradinaj, quien se enfrenta en La Haya a cargos por crímenes de guerra.
Solana llegó el lunes por la noche a Pristina en un aparente intento de alentar a los líderes de Kosovo para que se abstengan de recurrir a la violencia y formen el nuevo gobierno lo antes posible.
Pese a las advertencias de que la partida de Haradinaj al Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia podría desencadenar acciones violentas, Kosovo ha estado hasta hoy relativamente en calma.
El ataque contra Rugova es el segundo en un año contra el Mandatario, de tendendia moderada. El pasado marzo, una granada cayó en su jardín, causando sólo daños menores.
El Consejo de Europa condenó, mientras tanto, el intento de acabar con la vida de Rugova. "Este atentado se produce en un momento en el que todas las fuerzas democráticas de Kosovo deben trabajar juntas para proteger los valores fundamentales de la democracia y los derechos humanos", dijo el secretario general del Consejo de Europa. Terry Davis, en Estrasburgo.
