RIAD.- Al menos cuatro personas murieron en un tiroteo que al anochecer de hoy continuaba enfrentando a la policía y a un grupo de presuntos extremistas islámicos en Al Ras, al oeste de Riad, informaron fuentes oficiales y de los servicios de seguridad.
Según dijo a la televisión local "Al Igbaria" el gobernador regional, Faisal Ben Abdulaziz, tres radicales fueron abatidos en el enfrentamiento, que de acuerdo con fuentes próximas a los servicios de seguridad también causó la muerte de un agente.
El funcionario reconoció que en el choque además resultaron heridos "varios agentes de seguridad", que portavoces policiales habían cifrado con anterioridad en al menos una decena, y que el intercambio de fuego proseguía a la caída de la noche.
Ben Abdulaziz explicó que los extremistas se niegan a rendirse tras haberse atrincherado en un edificio después de haber sido desalojados de un inmueble en construcción.
Según versiones no confirmadas oficialmente, entre los radicales abatidos figuraría Taleb Ben Taleb, uno de los 26 terroristas más buscados del reino, de acuerdo con una lista de prófugos establecida por las autoridades de Riad.
El tiroteo se inició poco después del amanecer en el edificio en construcción, donde la policía logró penetrar a última hora de la tarde tras superar la resistencia de los radicales, que según las fuentes "están muy bien entrenados".
Tras hacerse con el control de ese lugar, las autoridades permitieron la salida de un grupo de 93 estudiantes y trece profesores que habían permanecido enclaustrados en un centro educativo próximo, ante el peligro de ser víctimas del fuego cruzado entre la policía y los activistas islámicos.
La policía local, que ha pedido refuerzos al Gobierno de Riad para reducir a los extremistas, utiliza helicópteros en la operación de cerco a los radicales en su nuevo escondite y ha establecido varios controles de carretera en las autopistas que salen de Al Ras para impedir su fuga.
Lucha declarada
El nuevo enfrentamiento se inscribe en la guerra sin cuartel que las fuerzas del orden y radicales musulmanes libran desde hace más de dos años en Arabia Saudí y que desde entonces ha costado la vida de decenas de personas, varias de ellas de nacionalidad extranjera.
Aunque la familia reinante ha prometido el perdón a los activistas que se entreguen, la oferta ha sido poco escuchada por los grupos terroristas que proliferan en el país y que las autoridades vinculan a la organización Al Qaeda, de Osama Bin Laden, de origen saudí y enemigo declarado de la monarquía wahabí, a la que acusa de complicidad con Occidente.
Dos días antes de desatarse este ultimo enfrentamiento armado, las autoridades decapitaron el viernes en la ciudad de Al Jawf, en el norte de Arabia Saudí, a tres extremistas que habían sido condenados por el asesinato en 2003 de un funcionario estatal, un jurista religioso y un teniente de policía.
Tras el ajusticiamiento, en una plaza de la localidad y junto a una mezquita, las autoridades ataron los cuerpos de los ejecutados a un poste en cuya punta habían colocado las cabezas, como ejemplo de escarnio público.
