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Los secretos del Cónclave se develan poco a poco

Una Capilla Sixtina llena de humo, dos intentos para lograr el humo y blanco y otros "secretos" se han filtrado tras la reunión en que se eligió a Benedicto XVI.

21 de Abril de 2005 | 13:15 | AFP

En algún momento esta sala, que en la foto está siendo preparada para el Cónclave, estuvo llena de humo, pues no pudieron hacer la "fumata blanca".
CIUDAD DEL VATICANO.- Los cardenales inundaron de humo la Capilla Sixtina y Joseph Ratzinger perdió la primera vuelta de votaciones: diversos detalles del misterioso y rapidísimo Cónclave se han escapado de los muros vaticanos pese al juramento de secreto impuesto.

En tono jocoso y de forma oficiosa, fuentes vaticanas contaron que en el momento en que los cardenales eligieron Papa el martes y quisieron enviar al mundo la esperada señal de la fumata blanca, hubo un fallo de combustión y la capilla se llenó de humo. Mientras tanto, en el exterior, miles de fieles veían apenas un tímido humillo de color grisáceo que sembró una ligera confusión.

Mientras la plaza de San Pedro dudaba entre estallar de alegría o marcharse a sus casas, los cardenales consiguieron finalmente dirigir el humo blanco hacia el cielo de Roma y ventilar la Capilla Sixtina.

"Fueron necesarios dos intentos para obtener el humo blanco, la chimenea no funcionaba y en un momento la capilla estaba llena de humo", contó el cardenal holandés Adrianus Simonis al Corriere della Sera.

"Afortunadamente, no había en la capilla ningún experto en historia del Arte", bromeó el cardenal austríaco Christoph Schoenborn refiriéndose a los recién restaurados frescos de Miguel Angel.

Después de la elección, hubo un brindis con champagne, pero el nuevo Papa bebió sólo "un sorbito ya que es abstemio", según el cardenal mexicano Javier Lozano Barragán.

Este purpurado manifestó que "fue muy fácil" elegir al cardenal alemán que tras la muerte de Juan Pablo II mostró en sus homilías "qué tipo de Papa podía ser".

Se pensó que Ratzinger no aceptaría

Pero según las informaciones filtradas por otros cardenales, Ratzinger, que fue elegido en un Cónclave de apenas 24 horas, no consiguió el mayor número de sufragios en la primera ronda, el lunes por la tarde, cuando el cardenal italiano Carlo Maria Martini, le pasó por delante.

"Unos cuarenta votos y parece que Martini tenía alguna ventaja", según el vaticanista del diario La Repubblica.

Pero el martes por la mañana, los indecisos comenzaron a votar por el purpurado alemán y poco a poco, muchos cardenales más comenzaron a dar su voto por el candidato que iba en cabeza.

Cuando Joseph Ratzinger fue elegido por "gran mayoría pero no por unanimidad", la sala entera le aplaudió, pero el elegido permaneció con la cabeza baja, sin moverse, lo cual hizo pensar que tal vez no iba a aceptar.

"Todo el mundo aplaudía y él mantenía la cabeza gacha. Estaba rezando", recordó el cardenal inglés Murphy O’Connor

Mayoría abrumadora

Los cardenales han dado a entender que Joseph Ratzinger superó los 100 votos sobre un total de 115 en su elección relámpago.

La cifra de 107 es evocada por el vaticanista del diario Il Messaggero, Orazio Petroselli, que afirma "sólo siete u ocho votos no le correspondían".

La prensa italiana llega a afirmar que Ratzinger ya obtuvo la mayoría necesaria el martes por la mañana, cuando la fumata fue todavía negra, y el entonces cardenal quiso celebrar una votación de confirmación el martes por la tarde.

Pero lo ocurrido exactamente en estas votaciones sigue siendo un misterio y siempre lo será. El número exacto de sufragios a favor y en contra sólo lo saben los cardenales y únicamente podrían comunicarlo por orden del Papa.

"Si lo digo violaré el secreto del cónclave y no quiero que me expulsen de la Iglesia", afirmó el cardenal Godfried Danneels.

Extraoficialmente se ha sabido también que para evitar confusiones, el Vaticano modificó el sistema de las campanas que marcan los cuartos, las medias horas y las horas.

Cuando llegó la fumata blanca y miles de fieles esperaban el repique de fiesta previsto, las campanas de la basílica de San Pedro tardaron en sonar ya que con la emoción, el Colegio Cardenalicio había olvidado de avisar al responsable.
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