Agricultores peruanos durante una protesta previa a la anunciada para hoy. |
LIMA.- El inicio de nuevas huelgas, la intensificación de protestas que ya estaban en marcha y el anuncio de más movilizaciones configuraban hoy un difícil panorama social en el Perú, diez días antes de una jornada nacional de protesta.
Aunque la huelga de agricultores contra el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos concentra la atención, hoy también pararon los productores de coca del departamento de Apurímac, 21.000 profesores de universidades estatales, 700 trabajadores de la minera china Shougang y los transportistas del departamento de Tacna.
En la región de Arequipa, entretanto, se anunció la radicalización de las protestas cívicas, en Ayacucho los educadores cesaron actividades y en Moquegua y Puno los transportistas definen acciones, con lo que la tensión, en diferentes grados, alcanza a 22 de los 24 departamentos.
En medio de ese panorama, el presidente de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), Mario Huamán, advirtió del riesgo de un "bolivianazo", lo que según él obedece a la ausencia de "una equitativa redistribución de la riqueza".
Para el ex ministro del Interior, Fernando Rospigliosi, la inacción del presidente Alejandro Toledo frente a esos problemas explica en parte su crecimiento, lo que se agrava con la actitud del vicepresidente David Waisman, quien en los últimas semanas asumió gran protagonismo y ofreció soluciones sin considerar las posibilidades económicas del país.
"Estamos ante un escenario preocupante. No era difícil prever que esto ocurriera si tenemos a un personaje como Waisman que alienta las huelgas, les da la razón y les dice que les van a dar lo que ellos piden. De eso se dan cuenta otros sectores que ya saben que la fórmula es presionar al gobierno. Waisman y Toledo han incitado esta situación de desorden", dijo Rospigliosi al diario "La República".
Huelga agrícola
Los dirigentes agrícolas, que aspiran a que dos millones de personas acaten su huelga de hoy, afirman que la jornada será sólo el inicio, pues, según ellos, el TLC será la ruina para el sector.
"No vamos a detener las protestas hasta que el gobierno diga que no al TLC. Así de radical es la medida", afirmó el coordinador del Comité Nacional de Defensa del Agro, Fernando Bravo.
Con el ingreso al cese de actividades de los cocaleros de Apurímac, que se suman a las movilizaciones que desde la semana pasada hacen sus colegas de San Martín y Huánuco, crece la tensión en un sector cada vez más radicalizado, algunos de cuyos líderes no disimulan ciertas tendencias violentas.
El Frente Amplio Cívico de Arequipa anunció entretanto marchas para radicalizar las protestas que hace desde días atrás, aunque en este caso el gobierno ha tenido la suerte de que amplios sectores arequipeños, supuestamente hartos de tanta protestas, han hecho caso omiso a las convocatorias.
Aún así, la actitud de gremios internos, como el de los transportistas, que han recurrido al cierre de vías a la fuerza, causa graves daños a las finanzas del departamento, alimentadas en buena parte por el turismo.
Todo ese panorama podría tender a empeorar con la cercanía de la jornada nacional de proesta que por convocatoria de la CGTP, la mayor central obrera del país, se desarrollará el jueves de la próxima semana.
Diversos analistas ponen al ejemplo boliviano como trasfondo de lo que ocurre, aunque la mayoría considera que no están dadas las condiciones para un fenómeno similar.
