Bush toma aire antes de soplar las velas de su torta de cumpleaños ofrecida por la reina Margarita de Dinamarca.
COPENHAGUE.- El Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, defendió hoy en Copenhague el trato que reciben los prisioneros en la controvertida cárcel militar de Guantánamo, en el día en que el Mandatario celebra su 59 cumpleaños.
Los presos de la base militar estadounidense en Cuba reciben un trato humano, afirmó Bush tras un encuentro con el Primer Ministro danés, Anders Fogh Rasmussen.
"Los prisioneros son bien tratados en Guantánamo, hay total transparencia", aseguró Bush en una rueda de prensa conjunta con Rasmussen.
Las condiciones del recinto y las organizaciones y medios internacionales tienen acceso en todo momento, aseguró.
El trato que reciben los presos en Guantánamo es uno de los pocos temas en los que Rasmussen, que apoyó a Bush en la guerra de Irak, ha criticado abiertamente al Mandatario norteamericano.
En lo que ambos políticos manifestaron su coincidencia tras su reunión en la residencia de verano del Primer Ministro danés en Marienborg es en que los regímenes corruptos no tienen derecho a recibir ayuda internacional.
En la cumbre del G8 que hoy comienza en la localidad escocesa de Gleneagles se tratará de buscar modos de ayudar de manera efectiva a África, dijo Bush. Los países constitucionales en los que la ayuda llega a la población deben ser recompensados, continuó.
También Rasmussen opinó que dictaduras corruptas como la de Zimbabwe no deben recibir ayuda e instó a los participantes en la cumbre a seguir el modelo danés y aumentar drásticamente ayudas a los países en vías de desarrollo.
"Kyoto no le sirve a Estados Unidos
Por otra parte, Bush volvió a dejar claro que para su país el Protocolo de Kyoto no resulta aceptable. Aunque admitió que los gases de efecto invernadero han contribuido al calentamiento de la Tierra, un apoyo norteamericano al acuerdo de Kyoto "habría dañado a la economía estadounidense (...) y habría puesto en peligro muchos puestos de trabajo y empresas".
Además, recordó, en referencia a China y la India, que muchos países en vías de desarrollo grandes e importantes no han firmado aún el protocolo. "Kyoto no le sirve a Estados Unidos y, sinceramente, tampoco al mundo", afirmó.
"Hay una mejor forma de avanzar: yo lo denomino la era 'post Kyoto', en la que trabajemos juntamente para compartir tecnologías y para controlar lo mejor posible los gases de efecto invernadero", comentó.
Bush llegó en la noche del martes a Copenhague junto con su esposa, Laura, y una de sus hijas, Jenna, de 23 años, para realizar una breve visita antes de partir hacia Escocia. La familia pasó la noche en el palacio Fredensborg, que estuvo rodeado de excepcionales medidas de seguridad.
Durante su intervención, Bush alabó la contribución de Dinamarca, aliado en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) durante la pasada contienda en Irak y en Afganistán. El país nórdico tiene desplegados cerca de 500 efectivos en el país del Golfo Pérsico.
Durante su encuentro con Rasmussen, ambos discutieron la situación de Africa, incluidas medidas contra el sida y la malaria, la liberalización del comercio y un aumento de la ayuda al desarrollo.
Previamente, Rasmussen había invitado a Bush a un desayuno para celebrar el 59 cumpleaños del norteamericano. Una banda militar le cantó "happy birthday" y Bush recibió una tarta con forma de cowboy.
Además de Rasmussen y Bush, en el festivo desayuno estuvieron presentes las respectivas esposas de los gobernantes, Anne-Mette Rasmussen y Laura Bush. Ambas visitaron posteriormente un jardín de infancia.
Mientras tanto, unos 10.000 manifestantes protestaban en las calles de Copenhague contra la presencia del Jefe de Estado estadounidense.
A Bush le esperan hoy además dos felicitaciones absolutamente "reales": además de un almuerzo con la reina de Dinamarca, Margarita II, en Escocia cenará con la reina Isabel II.
Finalmente, Bush partió con rumbo a Escocia para reunirse con los otros líderes del G8.
