NUEVA ORLEANS.- A medida que la inundación desciende en Nueva Orleans, emerge un panorama desolador y aumenta el número de muertos dejados por el huracán Katrina, que ya supera los 650.
El Presidente de EE.UU, George W. Bush, asumió la responsabilidad de las fallas en la respuesta al huracán, que el pasado 29 de agosto azotó las costas de los estados de Luisiana, Mississippi y Alabama sobre el Golfo de México.
Tras observar de cerca el lunes los estragos causados por Katarina en Nueva Orleans, Bush dijo ayer que la tormenta expuso "serios problemas en nuestra capacidad de respuesta en todos los niveles del gobierno".
"Al extremo que el gobierno federal no hizo del todo bien su trabajo, yo asumo la responsabilidad", dijo Bush en una conferencia de prensa en Washington. "Quiero saber qué salió bien y qué salió mal", añadió.
El titular de la Agencia Federal del Gestión de Emergencias (FEMA) Michael Brown renunció el lunes al cargo ante el fracaso en el manejo de la crisis.
Discurso de emergencia
Ante las crecientes críticas a la gestión de la crisis desatada por el huracán, Bush prevé pronunciar el jueves un discurso desde Luisiana para delinear sus planes para recuperar la zona afectada.
La gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco, acusó al gobierno federal de no trabajar con suficiente rapidez en la recuperación de cadáveres y anunció que el estado contratará a una empresa privada para hacer el trabajo.
"Nadie, incluso en el más alto nivel, parece capaz de atravesar la burocracia", dijo. "Tanto en la vida como en la muerte, nuestra gente mereció algo mejor de lo que recibieron", añadió.
El balance oficial provisorio de muertos llegó el martes a 657: 423 en Luisiana, 218 de Mississippi, 14 en Florida y 2 en Alabama.
Mientras se incrementa el número de víctimas, el fiscal general de Luisiana, Charles Foti, acusó de homicidio negligente a los dueños de un asilo de ancianos donde murieron 34 personas por la inundación en Nueva Orleans.
Foti dijo que también se investiga la muerte de 45 personas en un hospital de la ciudad, cuyos cuerpos fueron hallados el domingo.
El aeropuerto internacional de Nueva Orleans Louis Amstrong reabrió el martes al tráfico comercial, y también reabrió el puerto, mientras las pútridas aguas de la inundación registraban un marcado descenso.
En los distritos de Gentilly y Mid-City, el nivel de la inundación había bajado al menos 1,3 metros con relación al domingo, gracias a las bombas que drenan miles de millones de litros diarios hacia el Lago Pontchartrain.
