GALVESTON.- Los residentes a lo largo de una franja de cientos de kilómetros en la costa estadounidense sobre el Golfo de México se preparaban el viernes para la llegada del huracán Rita, que amenazaba a zonas densamente pobladas del estado de Texas.
En la mira de la tormenta también se encontraban Louisiana, el estado que más sufrió las consecuencias del huracán Katrina a fines de agosto, y el corazón mismo de la industria petrolera de Estados Unidos.
Rita, un huracán de categoría 4, avanzaba hacia el noroeste a través del Golfo, con vientos cercanos a 220 kilómetros por hora (kph), dijo el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
Se preveía que la tormenta tocaría tierra el viernes por la noche o a primera hora del sábado, pero su destino no estaba del todo claro.
A las 5 a.m hora del este de Estados Unidos (0900 GMT), el centro de Rita se encontraba a 467 kilómetros al sudeste de Galveston y a unos 402 kilómetros al sudeste de Cameron.
Con vientos huracanados que se extendían 136 kilómetros desde su centro, la tormenta se movía en dirección noroeste, a una velocidad de 14 kph, hacia el sudoeste de Louisiana y la costa norte de Texas.
El centro de huracanes dijo que Rita podría provocar una marejada de más de 6 metros y hasta 38 centímetros de lluvia.
En las primeras horas del viernes, la tormenta se dirigía a un punto al este de Galveston y Houston. El rumbo de Rita ha cambiado ligeramente el último día, ya que en un momento apuntaba al noroeste, luego se orientó levemente hacia el este, y después retomó una trayectoria noroeste.
Entre las comunidades a lo largo de la costa del Golfo, esto causó incertidumbre ya que nadie sabía quiénes serían los que recibirían la peor parte de la tormenta.
Los residentes que trataban de escapar de Houston, la cuarta mayor ciudad de Estados Unidos con una población de más de 2 millones de habitantes, colmaron las autopistas que conducen al interior del país y permanecieron atascados en embotellamientos enormes que duraron horas.
En algunas estaciones de servicio se reportaron peleas y una autopista interestatal se convirtió en una ruta de una sola vía, hacia el interior, para desanudar un embotellamiento que se extendió unos 160 kilómetros.
En Louisiana, la gobernadora Kathleen Blanco pidió a los residentes de las comunidades costeras bajas que evacuaran antes de la llegada de Rita.
Blanco grabó un mensaje telefónico enviado automáticamente a más de 400.000 hogares, que decía: "El huracán Rita se dirige hacia ustedes".
La Guardia Nacional de Louisiana intentaba posicionar sus fuerzas para responder inmediatamente después del impacto del huracán, pero los movimientos erráticos de la tormenta frustraban sus esfuerzos, dijo el mayor Ed Bush, un portavoz.
"Todo el mundo está mirando la trayectoria de la tormenta y la hemos visto moverse de un lado al otro", dijo.
Tormenta impredecible
Una advertencia de huracán entró en vigor en la línea costera de 724 kilómetros que se extiende desde Port O’Connor, Texas, a Morgan City, Louisiana, y las autoridades dijeron que Rita seguía siendo impredecible.
"No creo que haya nadie en la costa del Golfo que esté fuera de peligro", dijo David Paulison, director en funciones de FEMA, como se conoce por sus siglas en inglés a la agencia federal encargada de las emergencias.
Hacia el este, Mississippi declaró el estado de emergencia debido al rumbo cambiante de Rita y a la posibilidad de que provoque lluvias fuertes, inundaciones y tornados.
El presidente estadounidense George W. Bush, criticado por la lenta respuesta federal al Katrina, planeaba visitar Texas el viernes para presenciar los preparativos de emergencia.
Ante la amenaza del huracán a la importante industria petrolera de la región, Exxon Mobil dijo que cerró su planta en Baytown, Texas, la mayor refinería de petróleo de Estados Unidos, y otra en Beaumont, 144 kilómetros al este.
La región del Golfo produce un tercio del petróleo de Estados Unidos.
En total, al menos 13 refinerías estadounidenses han suspendido sus actividades como consecuencia de Katrina y de Rita, que también provocaron la paralización del 29 por ciento de la capacidad de refino de Estados Unidos e hicieron temer un serio desabastecimiento de gasolina en los próximos días.
