BEIJING.- Las autoridades chinas autorizaron el funeral de Zhang Bairen, obispo de la Iglesia Católica (clandestina en China) fallecido el pasado miércoles, en un gesto conciliador de Beijing hacia el Vaticano, informó hoy sábado la prensa local.
"Es comprensible que los fieles celebren un funeral por él", declaró el señor Zhu, director de la Oficina de Asuntos Religiosos de la provincia de Hubei, donde se encontraba el "obispado en la sombra" de Zhang.
Zhu señaló que "nosotros le respetábamos. Pero el Gobierno no puede reconocer su identidad como obispo. Eso está claro", según el rotativo "South China Morning Post".
El funeral, que tiene previsto celebrarse hoy, sería un último adiós a este obispo de la ciudad de Hanyang, en la provincia central de Hubei, quien pasó 24 años en prisión por su fidelidad al Papa y profesó el resto de su vida en la clandestinidad.
China no reconoce la autoridad vaticana, ni mantiene relaciones con la Santa Sede desde 1951, pues considera una intromisión la elección de obispos desde Roma y le exige también que rompa vínculos diplomáticos con Taiwán.
Si se llega a celebrar la ceremonia "sería señal de una nueva política", opinó Tang Kaijian, profesor de historia Católica en la Universidad de Jinan.
Las relaciones entre China y el Vaticano parecen estar en un buen momento, tras la muerte del papa Juan Pablo II, ya que Benedicto XVI invitó a cuatro obispos chinos (tres oficiales, uno clandestino) al sínodo de octubre, pero ninguno acudió.
Según la prensa de Hong Kong, el propio presidente chino Hu Jintao desea un acercamiento al Vaticano para tratar de solucionar la situación en China, donde la Iglesia Patriótica Católica china (oficial) tiene 5 millones de feligreses y la ilegal (fiel a Roma) 12 millones.
Dentro de esta tendencia positiva, sorprende también la visita del arzobispo católico de Washington D.C., Theodore McCarrick, a China, esta semana.
McCarrick se entrevistó ayer con Jia Qinglin, "número cuatro" de la jerarquía de Beijing, en el encuentro de más alto nivel, que se sepa en mucho tiempo, entre un prelado católico y el régimen chino.
Jia expresó su deseo de que "los intercambios entre EEUU y China en materia religiosa refuercen la comprensión y la amistad mutua entre ambos pueblos y especialmente entre las iglesias de ambos países", informó Xinhua.
La nota oficial pone de manifiesto cómo China sigue considerando a cada iglesia parte de la estructura religiosa nacional de un país, y no como una entidad independiente de la política doméstica y dependiente de Roma.
