WASHINGTON.- El Presidente estadounidense, George W. Bush, "apoya firmemente" la pena de muerte porque en última instancia "ayuda a salvar vidas inocentes", afirmó el portavoz de la Casa Blanca horas después de la milésima ejecución en Estados Unidos desde que se restableció la pena capital en 1976.
El portavoz Scott McClellan recordó que Bush lanzó una iniciativa para el uso de evidencia de ADN en investigaciones criminales con el fin de evitar fallos injustos.
El asesino Kennetth Boyd, de 57 años, murió por inyección letal en Carolina del Norte en la madrugada de este viernes, convirtiéndose en el preso número 1.000 en ser ejecutado desde que la Suprema Corte decidió en 1976 que la pena capital no iba contra la Constitución.
