CARACAS.- El virtual triunfo del líder indígena Evo Morales en las elecciones presidenciales de Bolivia despertó en la región importantes respaldos de diversos sectores de la izquierda que ven en el dirigente cocalero la llegada de los estratos más pobres al poder en América Latina.
El mandatario chileno de centroizquierda Ricardo Lagos saludó el triunfo de Morales calificándolo como un "camino de esperanzas".
Mientras el vicepresidente venezolano José Vicente Rangel aseguró que el gobierno del presidente Hugo Chávez está "muy satisfecho" con la victoria de Morales, pero aclaró que no se va involucrar en la política boliviana.
"Nosotros no pretendemos manipular ni a Evo Morales ni a ninguna otra persona que de alguna forma esté ubicada en el campo político, y de las ideas que nosotros mantenemos en este país", agregó.
El presidente de la comisión de representantes permanentes del Mercosur, Carlos Alvarez, manifestó que los resultados de los comicios bolivianos "permiten augurar una nueva era de concordia nacional y estabilidad institucional" en los países del bloque.
En La Habana, donde Morales suele ser recibido por las más importantes autoridades del país, incluyendo al presidente Fidel Castro, su victoria fue calificada de "contundente" por los medios de prensa locales, de carácter estatal.
El diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba tituló en su portada: "Ganador por mayoría absoluta" y lo acompañó de una foto del candidato rodeado de sus partidarios.
Más fría fue la reacción de Estados Unidos y México, cuyos gobiernos se identifican más con la derecha y centroderecha.
El Departamento de Estado estadounidense manifestó por medio de la vocera de la oficina para el Hemisferio Occidental, Jan Edmondson, que la calidad de las relaciones con Bolivia dependerá de la forma en que el nuevo gobierno encare una serie de temas, entre ellos el respeto por las instituciones democráticas.
El canciller mexicano Luis Ernesto Derbez indicó que aunque no guste a todos el posible triunfo de Morales todos los países del hemisferio, incluido Estados Unidos, deben manifestarle su cooperación para sacar adelante a Bolivia.
"Hoy tenemos la victoria democrática de Evo Morales, puede no gustarnos, puede gustarnos; a mí en lo personal no me provoca ningún tipo de reacción", dijo Derbez en una entrevista en el noticiario radiofónico Enfoque.
Para los analistas la aparente victoria de Morales implicaría el fortalecimiento de gobiernos de izquierda o centroizquierda en la región, que encarnan figuras como Luiz Inacio Lula da Silva en Brasil, Néstor Kirchner en Argentina, Tabaré Vázquez en Uruguay, Chávez en Venezuela y Lagos en Chile.
"Esta izquierda tiene ahora el desafío de gobernar", dijo en analista político venezolano Alberto Garrido, quien consideró que esta dirigencia surge como consecuencia del "fracaso" de los partidos tradicionales que "perdieron en las propuestas programáticas porque tomaron modelos que no pudieron eliminar el crecimiento de la pobreza".
La fuerte afinidad que mantiene Morales con Castro y Chávez hace prever que su mandato estará orientado hacia una izquierda de corte radical, sustentada en el nacionalismo y el estatismo, y en abierta confrontación con Estados Unidos.
Garrido señaló que la elección de Morales tendrá un "efecto psicológico" en Ecuador, donde los movimientos indígenas han tomado fuerza a través de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE).
Sostuvo que igual incidencia podría darse en Perú en la figura del candidato presidencial del Partido Nacionalista Unión, Ollanta Humala, quien ha mostrado abierta simpatía hacia Chávez.
Pero de todos sus vecinos, probablemente Brasil será aquel con el que el gobierno de Morales deberá tratar con más cuidado.
El gigante petrolero brasileño Petrobrás invirtió en los últimos años alrededor de 1.500 millones de dólares y consiguió descubrir la parcela más importante de la riqueza gasífera boliviana, la segunda en volumen de todo el continente después de la de Venezuela.
El asesor presidencial para asuntos internacionales, Marco Aurelio García, dijo el domingo al diario brasileño O Globo, que Brasil desea preservar sus intereses en Bolivia. "Nadie va a echar el dinero por la ventana", indicó García al subrayar que Petrobrás tiene un contrato con el gobierno boliviano que va hasta el 2010.
