WASHINGTON.- La Madre Teresa de Calcuta se salió con la suya y, finalmente, Bob Bernstein, el propietario de una cafetería de Nashville, en Tennessee, dejó de exhibir en su establecimiento un pan de canela en el que algunos creían ver la cara de la monja fallecida en 1997.
El "milagro" lo hizo, el Día de Navidad, un ladrón que, probablemente molesto con la comercialización del rostro de la religiosa, decidió poner fin a la exhibición del llamado "pan de la Monja", que tanto público había atraído hasta el local.
La policía, de momento, no sabe nada del paradero de este pan que, desde 1996, se había convertido en una auténtica atracción local.
El "pan de la Monja" no es más que un dulce de canela en el que alguien que ya estaba a punto de comérselo creyó ver los rasgos de la cara de la Madre Teresa.
Desde entonces, el pan quedó en exhibición en la cafetería de Bob Bernstein, quien, inmediatamente, empezó a hacer negocio con el descubrimiento.
Los medios de comunicación, siempre ansiosos de "milagros", dieron cumplida atención al pan, que fue exhibido en importantes programas televisivos de EE.UU.
Con esta propaganda, el asunto llegó a oídos de la propia Madre Teresa, quien en 1997 pidió a Berstein que dejara de comercializar su imagen. Pero ya era tarde. Había nacido una lucrativa industria de camisetas, tazas de café y estampitas alrededor del pan.
Bernstein no se dio por aludido.
Quizá por eso ahora el ladrón parece haber vengado la memoria de la monja ya que, según reconoció Bernstein enfadado, quien haya robado el pan, "fue directamente a por él", ya que no se llevó el pequeño cepillo de limosnas que estaba a su lado.
La madre Teresa se salió con la suya y, mientras tanto, la policía busca el dulce robado que, en su opinión, no vale más que "25 dólares".
