BAGDAD.- Dos soldados estadounidenses más murieron en Irak, con lo que aumentó a 841 el número registrado en este año, apenas cinco menos de los fallecidos en el 2004, pese a los progresos políticos y a los esfuerzos para combatir a la insurgencia en el país.
La violencia continuó el sábado. Un grupo armado atacó una casa cerca de Iskandariya, unos 50 kilómetros al sur de Bagdad, y mató a cinco miembros de una familia sunita, dijo el coronel del ejército Hussein Sheyaa. En tanto, una bomba estalló junto a una carretera en Bagdad, dejando muertos a cinco policías, dijo el teniente primero Nadum Nuamat.
Otra bomba al lado de una carretera explotó cerca de las oficinas del partido Islámico Iraquí en Al-Jalis, unos 16 kilómetros al oriente de Bakuba. Murieron cinco miembros del partido, según la policía de Diyalaa.
Al menos 17 personas murieron en tiroteos, ataques con mortero y atentados con coches-bomba en Bagdad, durante el viernes. En el hecho más serio, la policía informó que nueve personas fallecieron baleadas desde un automóvil, aparentemente porque estaban bebiendo alcohol en la vía pública.
Dos capitanes del ejército iraquí fueron también abatidos a tiros en la población de Duyail, al norte de Bagdad, cuando volvían a sus casas.
Las dos nuevas bajas estadounidenses fueron anunciadas el viernes por fuentes castrenses. Una bomba mató a un soldado, al alcanzar su vehículo en Bagdad, el viernes, mientras que el otro soldado fue muerto a tiros en la ciudad occidental de Faluya.
Con las muertes subió a 841 el número de bajas militares estadounidenses en el 2005, incluidas 64 en diciembre. Un total de 846 efectivos murió en el 2004 y 485 perecieron en el 2003.
