CIUDAD DE MÉXICO.- La muerte de un inmigrante ilegal mexicano a manos de la patrulla fronteriza de Estados Unidos agravó hoy la tensión existente entre México y Estados Unidos, desde que la Cámara Baja de Washington aprobara el mes pasado una ley que endurece las medidas contra la migración.
El proyecto de ley estadounidense busca frenar la inmigración indocumentada con el levantamiento de más muros en la frontera y considerando un delito el ingreso ilegal a Estados Unidos.
El gobierno mexicano ha protestado contra la normativa señalando que sólo genera más muertes y no soluciona el problema, y pidió oficialmente a Washington una explicación y una investigación seria sobre el incidente, al mismo tiempo que la Procuraduría General de la República (PGR) abrió una investigación por el delito de "homicidio calificado" en contra de quien resulte responsable.
La oficina del Presidente Vicente Fox manifestó ayer que el homicidio demuestra que extender murallas y redoblar la seguridad en la frontera no es la respuesta a los problemas de la inmigración ilegal.
"Este hecho no hace más que poner en evidencia que sólo una ley que garantice el ingreso ordenado legal y sea respetuosa de los derechos humanos puede resolver el problema migratorio que es tan importante para los dos países", comentó el portavoz de Fox, Rubén Aguilar.
Los organismos independientes de defensa de los emigrantes, tanto mexicanos como estadounidenses, han anunciado tras el suceso que intensificarán sus protestas de rechazo a la ley, que para entrar en vigor debe ser aprobada por el Senado.
Guillermo Martínez, de 18 años de edad, quien cruzó ilegalmente el sábado en la noche hacia Estados Unidos desde la ciudad limítrofe de Tijuana, recibió un disparo de un agente estadounidense y retorno a México, donde fue llevado de emergencia a la Cruz Roja de Tijuana. El joven murió el domingo en la mañana a consecuencia de la herida que le provocó el proyectil.
El año pasado murieron casi 500 emigrantes ilegales mexicanos al intentar ingresar a Estados Unidos, según un informe de la Cancillería mexicana.
Desde que asumió en el 2000 la presidencia mexicana, Vicente Fox ha buscado cerrar un acuerdo migratorio con Estados Unidos que regularice la estadía de millones de mexicanos que viven ilegalmente en ese país y ordene el flujo migratorio.
Pero, aunque hubo negociaciones, las charlas se estancaron tras los ataques del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York y Washington.
