BERLIN.- El Instituto para la Ciencia del Sexo con sede en Frankfurt, uno de los símbolos de la revolución sexual de 1968 y dedicado a la investigación científica del amor desde el punto de vista físico, corre hoy en día el riesgo de cerrar sus puertas.
Fundado y dirigido desde 1973 por Volkmar Sigusch, este organismo tomó el nombre y la investigación del Instituto de Ciencia Sexual fundado en 1919 en Berlín por el filólogo y médico Magnus Hirschfeld (1858-1935), y cerrado por los nazis luego de ser saqueado en 1933.
Hirschfeld huyó el exilio, primero se radicó en Suiza y luego en Francia.
Sigusch fundó el instituto de Frankfurt en la llamada década de la revolución sexual y cuando se consiguió flexibilizar el conservadorismo sexual y la moral tradicional de la década del 50.
En 1973 Alemania estableció por ley que el desnudo en la prensa y la televisión no constituían un daño para la juventud.
Dos años antes numerosas alemanas occidentales habían confesado abiertamente que "habían abortado".
También un año antes pero en Alemania Oriental (comunista) se permitió interrumpir el embarazo pero sólo durante los primeros tres meses.
Sigusch, en Alemania, hizo lo mismo que Alfred C. Kinsey en Estados Unidos con el 'Institute for Sex Research' de la Universidad de Indiana (desde 1948 a 1953 fueron publicados los dos famosos "Informes Kinsey").
A fines de los años 70 se publicó el 'Informe Hite', de Shere Hite, basado puntualmente en la liberación de la sexualidad femenina.
Ahora, terminado el siglo XX y agotada la llama de la revolución sexual del 68 (también por las edades de sus protagonistas), en el clima actual donde predomina el neo-conservadorismo político y el fundamentalismo religioso, el instituto de Frankfurt podría haber llegado a su fin.
Sigusch se opone férreamente a su posible cierre que sólo depende de una decisión del consejo académico de la Universidad Johann Wolfgang Goethe de Frankfurt.
Sigusch, quien próximamente cumple 65 años y se jubilará, en una entrevista al diario Tagesspiegel de Berlín aseguró que la investigación médica en el campo sexual "aún no terminó, queda mucho por hacer".