WASHINGTON.- El presidente George W. Bush advirtió el martes que los demócratas deben medir sus críticas hacia la política estadounidense en Irak, pues de lo contrario, corren el riesgo de "alentar a los adversarios" y de pagar las consecuencias en las elecciones intermedias de noviembre.
Por su parte, los demócratas dijeron que Bush debe seguir su propio consejo.
Faltan todavía 10 meses para las elecciones, en las que el Partido Republicano, que gobierna el país, podría perder el control del Congreso, según revela una encuesta reciente de Ipsos para The Associated Press.
Con su discurso del martes, Bush buscó aparentemente neutralizar la capacidad de los demócratas para usar el tema de Irak como un argumento contra los republicanos para los comicios. En Irak, la violencia se ha intensificado tras las elecciones parlamentarias de diciembre, y han entrado en caos las negociaciones para formar un nuevo gobierno de coalición.
Bush reconoció que hay profundas diferencias sobre el tema de Irak entre los estadounidenses. Según la encuesta de AP-Ipsos, el 39% de los sondeados aprobaba la guerra, en comparación con un 41% en diciembre.
Sin mencionar a los demócratas, Bush instó a los políticos en campaña a "conducir este debate en forma responsable".
Añadió que eran bienvenidas las "críticas honestas", sobre la forma en que la guerra es conducida, y la "oposición leal" que destaca cuáles son los posibles errores en la estrategia estadounidense dentro de la guerra.
Sin embargo, tildó de irresponsables a los "críticos partidistas, quienes afirman que intervinimos en Irak por el petróleo, por Israel o porque engañamos al pueblo estadounidense", así como a los "derrotistas que se niegan a ver que algo está bien".
Los demócratas consideraron que Bush no debe tratar de imponer los temas que pueden o no abordarse.
"Los estadounidenses patriotas seguirán haciendo las preguntas difíciles, porque nuestros hombres y mujeres valientes en Irak, sus familias y el pueblo estadounidense merecen saber que sus líderes son responsables", dijo el líder de la minoría en el Senado, Harry Reid.
Bush predijo que para el 2006 la presencia estadounidense en Irak seguirá sometida a nuevas pruebas y requerirá de más sacrificios.
Además, Bush pidió a los iraquíes dejar de lado sus diferencias políticas, religiosas y sectarias para formar un gobierno de unidad nacional.
Advirtió a su vez los riesgos que tiene ese país de retornar a los días de "tiranía" si no olvida rencillas pasadas.
"El compromiso, el consenso y la repartición de poder son el único camino para la unidad nacional y una duradera democracia", dijo Bush en la capital en un mitin de Veteranos de Guerras Internacionales.