WASHINGTON.- Un examen de ADN confirmó la culpabilidad de Roger Coleman, muerto en la silla eléctrica en 1992 en Estados Unidos después de una campaña internacional para salvarlo que movilizó incluso al Vaticano, anunció hoy la oficina del gobernador de Virginia, Mark Warner.
El gobernador había ordenado realizar un nuevo test, el primero para un condenado a muerte ya ejecutado.
Coleman, acusado de asesinar y violar a una sobrina, se proclamó inocente hasta el último momento y las organizaciones contra la pena capital esperaban tener la primera prueba científica de la ejecución de un inocente.