BAHÍA DE SAN LUIS, Misurí.- Tres meses después de visitar la zona del Golfo de México azotada por el huracán Katrina, el Presidente George W. Bush regresó nuevamente y prometió que habrá un gran auge en la construcción.
Con su visita buscó además animar a otros estadounidenses a que visiten la región.
La visita de Bush a Nueva Orleans y Mississipi forma parte de una serie de eventos para destacar las prioridades de su gobierno antes del discurso sobre el Estado de la Nación.
El Presidente indicó que estaba comprometido a reconstruir las comunidades devastadas por el huracán Katrina.
"Personas en lugares distantes como Washington D.C. aún los escuchan y se preocupan por ustedes", dijo Bush a un grupo de personas que sobrevivieron a la tormenta y se reunieron en la Universidad de San Estanislao, un par de calles del lugar por donde Katrina entró a tierra.
La ruta de Bush hasta la Universidad lo llevó por una carretera costara donde miles de árboles cayeron derribados por los potentes vientos, donde hay aún escombros colgando y lotes sin construcciones, que fueron arrancados de cuajo por el huracán.
Casi no había estructuras intactas, en la mayoría de los casos sólo quedaron los cimientos de concreto y había pocas muestras de que se fuera a reconstruir el lugar.
"No hay casas que reparar, simplemente fueron destruidas por completo, y eso es lo que el pueblo estadounidense debe entender", agregó Bush.
Sin embargo, en Nueva Orleans la situación fue diferente, pues gran parte de la población aún no ha regresado y había decenas de curiosos. Muchos llevaban pancartas solicitando ayuda y reiteraron su disposición a revivir sus comunidades.
Bush recordó la promesa que hizo en la Plaza Jackson de Nueva Orleans, donde juró regresar a la región a su antigua gloria.
Descontento juvenil
Sin embargo, varios adolescentes, ataviados con chaquetas salvavidas, lentes para natación y otros equipos de buceo recibieron al mandatario de esa manera para simbolizar sus hogares inundados y protestar por la falta de defensas de la ciudad en contra de nuevas tormentas.
Con gritos de consignas que sonaban más parecidos a los gritos de animación de un partido de fútbol estadounidense que de una protesta, algunas chicas de entre 13 y 18 años levantaban puños al aire y mostraban pancartas en las que advertían que si los diques no eran reparados y no se recuperaban los manglares de la Costa del Golfo, la ciudad se inundaría de nuevo como ocurrió tras el paso del huracán.
La protesta, que atrajo a un total de 300 activistas y espectadores, coincidió con la novena visita del Presidente Bush a la ciudad desde el paso de Katrina por la ciudad.
El presidente suscribió el mes pasado una iniciativa que contemplaba una inversión de 2.900 millones de dólares para reparar y restaurar los diques que se rompieron, así como incrementar los trabajos de protección de huracanes en Nueva Orleans.
Más temprano, en otra breve parada en Nueva Orleans, Bush indicó que las mejoras desde su última visita a mediados de octubre era dramática.
"Quizás sea difícil para ustedes verla, pero cuando vine aquí a comparación con el día de hoy, Nueva Orleans me recuerda mucho a la ciudad que solía visitar. Es un lugar maravilloso para traer a su familia, es un gran lugar para encontrar de la mejor comida en el mundo y mucha diversión", señaló Bush.
"Para aquellos en el resto del país que busquen un gran lugar para celebrar alguna convención o un gran lugar de visita, les sugiero que vengan acá a la maravillosa Nueva Orleans", señaló Bush, frente a un colorido mural con imágenes de músicos de jazz, un barco que navega por el río, personas que festejaban el Mardi Gras con máscaras y algunos cangrejos.