CHICAGO.— Olvídese de contar carbohidratos y calorías. Según un investigador en obesidad, el doctor David Katz, la manera de perder peso es limitar los sabores.
Katz, quien es director del Centro de Investigación par la Prevención de la Universidad de Yale, afirma que la gente deja de comer cuando el centro de apetito del cerebro registra "lleno".
Sin embargo, cuando se consumen alimentos con muchos sabores, esto puede llevar a comer demasiado, debido a que los diferentes sensores deben dar un mensaje de saciedad para que el apetito disminuya.
La dieta típica estadounidense "es una cacofonía demente de sabores", afirmó Katz esta semana durante una escala de una gira para presentar un libro en Chicago.
En vez de ello, Katz apoya las comidas en las que se enfoca en un sabor, por ejemplo, un día de manzana, otro de papas, e incluso un ocasional día de chocolate.
La idea es quizás menos aburrida de lo que parece. Por ejemplo, si se escoge un día de piña, se tiene jugo de piña y cereal para el desayuno; una ensalada con piña, nueces, carne de pollo y galletas sin levadura para el almuerzo; camarones a la piña, leche, guisantes salteados y ensalada mixta para la cena, y como postre anillos de piña acaramelados.
La teoría y la práctica están detallados en el nuevo libro de Katz, titulado "The Flavor Point Diet", basado en un fenómeno poco difundico llamado saciedad por sensorial específico.
Ese es un término que se utiliza para describir cómo los alimentos se vuelven menos apetecibles cuando suficiente cantidad de ellos son consumidos.