RAMALA, Cisjordania.- Más de 1,3 millones de palestinos acudirán el 25 de enero a las urnas para escoger a 132 diputados del nuevo Parlamento en las primeras elecciones legislativas en diez años.
En total, los palestinos podrán votar en más de 1.000 oficinas electorales repartidas por Gaza, Cisjordania y Jerusalén. En total, 414 candidatos, hombres y mujeres, se presentan en los 16 distritos diferentes y otros 70 en las listas nacionales.
Los palestinos completan con estas elecciones el proceso electoral iniciado hace exactamente un año, cuando Mahmud Abas fue elegido presidente de la Autoridad Palestina.
Al renovar el Parlamento, eligen nuevos representantes que darán voz a sus problemas de pobreza, desempleo o falta de educación y salud y también canalizarán sus aspiraciones de paz con Israel.
El próximo día 25, los palestinos tendrán dos papeletas en sus manos. En una elegirán un partido entre los 11 que se presentan y en la otra, dependiendo de la circunscripción a la que pertenezcan, un candidato con nombre y apellidos que representará sus intereses en el Parlamento.
El año pasado, en las elecciones presidenciales, un 70% de los palestinos inscritos en las listas electorales acudió a votar.
Actualmente, el Consejo Nacional palestino cuenta con 88 escaños y el Fatah, partido en el poder, sigue controlando completamente la Cámara, tal y como ocurría en tiempos del fallecido Yasser Arafat, omnipresente en todos los ámbitos de la vida política palestina.
Pero en estas elecciones la situación puede cambiar porque por primera vez, el movimiento islámico de resistencia Hamas, fundada en 1988, ha decidido presentarse candidato y es cada día más popular en numerosas ciudades palestinas.
Según sondeo publicado esta semana, Hamas posee un 26,7% de las intenciones de voto y se acerca peligrosamente al Fatah, el partido de la Autoridad Palestina, que obtendría un 35,9% de los votos si las elecciones se celebraran en este momento.
Su entrada al Parlamento es observada con miedo por la comunidad internacional, por Israel y por una parte de los palestinos.
Un triunfo de Hamas, que predica la destrucción de Israel, significaría sin duda un freno en las conversaciones de paz, ya de por sí lentas, y tal vez un corte de la ayuda financiera que los palestinos reciben de la Unión Europea.
Así lo dio a entender recientemente el Alto representante de la UE para la Política Exterior, Javier Solana, quien consideró que para la UE "será muy difícil financiar a un grupo que se encuentra en la lista de las organizaciones terroristas".
"La victoria de Hamas nos haría reflexionar a todos y probablemente tendría una influencia negativa del proceso de paz, pero todo eso habrá que analizarlo después", declaró el ministro español de Relaciones Exteriores, Miguel Angel Moratinos en una visita a los territorios palestinos esta semana.
Frente a los líderes de Hamas, Fatah presenta como candidato a Marwan Barghuti, un líder carismático y muy popular entre los palestinos que cumple una condena a cadena perpetua en una cárcel israelí.
El liderazgo de Barghuti, de 46 años, que encarna la resistencia palestina, fue aceptado de forma unánime por la dirección del Fatah, pese a que es un partido completamente dividido.
Antes de la llegada de las elecciones, los palestinos ya consiguieron un pequeño gran triunfo al lograr que los ciudadanos de Jerusalén-este puedan votar en esta parte de la ciudad, ocupada y anexada en 1967, tal y como ocurrió en las pasadas legislativas, en 1996, y en las presidenciales de 2005.
No obstante, la campaña de los candidatos de Hamas fue prohibida y varios de sus candidatos detenidos. Además, Israel exigió ser avisado de todos los mítines palestinos en la Ciudad Santa y limitó la propaganda.