BERLÍN.- La imposición de una escuela de Berlín, con alto porcentaje de inmigración, de hablar sólo en alemán hasta en el recreo ha desatado protestas de la comunidad turca, que lo considera anticonstitucional y contrario al modelo de sociedad multicultural.
La edición alemana de "Húrriyet", el diario más leído de la comunidad germano-turca, calificó de discriminatoria esa norma, mientras que el diputado de los Verdes en Berlín Oezcan Mutlu, asimismo de origen turco, la tachó claramente de anticonstitucional.
"La obligatoriedad absoluta de hablar alemán es totalmente absurda y no puede imponerse un idioma único en una sociedad multicultural", advirtió por su parte la presidenta del sindicato de la Enseñanza en Berlín, Rose Marie Seggelke.
El objeto de la controversia es la experiencia de una escuela del barrio de Wedding, donde se ha prohibido a sus estudiantes, en un 90 por ciento de origen no alemán, hablar en otro idioma no sólo en clase, sino también en el recreo, excursiones y paseos.
El senador de Enseñanza de la ciudad-estado, el socialdemócrata Klaus Boeger, defendió esta iniciativa, con el argumento de que va en beneficio de los propios inmigrantes, puesto que de su dominio del alemán depende su futura incorporación al mercado laboral.
La dirección de la escuela afirmó, asimismo, que desde que se introdujo se ha logrado un aumento de las matriculaciones de un 20 por ciento, puesto que los padres de los escolares son los primeros interesados en que sus hijos hablen bien alemán.
A los argumentos en pro y en contra se une el escepticismo del director de la escuela Eberhard Klein del multiétnico barrio de Kreuzberg, Bernd Boetting, en la que desde el curso pasado no hay ni un escolar alemán, para el que tal medida es impracticable e implica una presión añadida para el profesorado.
