LONDRES.- La ballena del Támesis, que murió el sábado tras 36 horas de esfuerzos para salvarla, falleció por una combinación de factores, entre ellos deshidratación y reducción de la función de los riñones, reveló la autopsia, cuyos resultados fueron anunciados hoy en Londres.
La ballena nariz de botella -que se adentró el viernes en aguas del Támesis, hasta el corazón de Londres- sufría también de daño muscular, revelaron expertos de la Sociedad Zoológica de Londres, al anunciar los resultados preliminares de la autopsia.
El post mortem reveló también que la ballena del Támesis era una joven hembra: tenía menos de 11 años y era sexualmente inmadura. El cetáceo medía 5,85 metros de longitud y pesaba varias toneladas, agregaron los expertos.
El animal sufría de severa deshidratación porque no había podido alimentarse durante tres días, tras adentrarse en el mar del Norte y el Támesis, "entornos que no le eran apropiados", indicaron expertos de la Sociedad Zoológica de Londres.
"Las ballenas y los delfines obtienen agua de su alimentación y las ballenas nariz de botella normalmente se alimentan con pulpos de aguas profundas en el Océano Atlántico", indicó el experto patólogo Paul Jepson, que participó en la autopsia.
"La ballena del Támesis no habría podido alimentarse mientras estuvo en el mar del Norte y por eso se deshidrató", explicó.
La ballena murió de convulsiones el sábado por la noche, cuando era trasladada en una barcaza al estuario del Támesis, tras ganarse el corazón de los londinenses, que siguieron durante 36 horas la imagen del inmenso animal nadando frente al Parlamento de Westminster y bajo los puentes de Londres.
Tras muchas especulaciones, la explicación de los científicos de la razón que llevó a la ballena a nadar hasta el río Támesis -algo nunca visto, o al menos desde desde 1913, cuando se empezó a llevar registros científicos del río- es sencilla: el cetáceo probablemente perdió su rumbo.
Es probable que la ballena se perdió en el Mar del Norte, y estaba tratando de regresar al oeste, a las aguas donde halla su alimentación, principalmente pulpos, explicó el experto de la Sociedad Zoológica.
Las ballenas perdidas a veces se adentran en ríos, pese a las aguas poco profundas y a la bulliciosa presencia humana, para tratar de volver a su habitat natural, explicó el experto.
Tras la autopsia, los huesos de la ballena del Támesis serán conservados en el Museo de Historia Natural de Londres, donde expertos esperan reconstruir el esqueleto del cetáceo para después exhibirlo.