DAVOS, Suiza. - Uno de los mayores retos de Irak de cara al futuro es "construir una ciudadanía" nacional que prime sobre etnias y religiones, coincidieron el sábado líderes iraquíes en el Foro Económico Mundial (WEF) de Davos (Suiza).
"Soy un líder iraquí, no un líder sunita", exclamó Hajim Alhasani, presidente de la Asamblea Nacional Iraquí, en un seminario sobre su país. "Si queremos construir Irak, debemos crear una ciudadanía nacional", explicó.
Hamam Hammudi, presidente del Comité encargado de elaborar la Constitución, coincidió: "La ciudadanía debe primar" sobre las pertenencias étnicas o religiosas, algo que "está garantizado" por la Constitución.
Una Constitución que consagra, además, la pertenencia de las reservas de petróleo y gas al "pueblo iraquí", recordó Ahmed Chalabi, actual viceprimer ministro. "Esa es una declaración unificadora", dijo.
Responsables iraquíes, pero también de los países que forman la coalición ocupante -el senador estadounidense John McCain, el subsecretario de Estado norteamericano Robert Zoellick, el canciller británico Jack Straw- debatieron en Davos sobre el futuro del Irak.
Seis semanas después de las elecciones legislativas del 15 de diciembre, Irak -ya dotado de una Constitución- sigue sin embargo azotado a diario por la violencia y el terrorismo.
¿Es posible acabar con esta insurgencia? Según Chalabi, la solución es incluir en órganos gobernantes a la gente "que luchó contra la ocupación" pero luego decidió presentarse a elecciones.
Los insurgentes iraquíes pueden ser integrados en la vida civil iraquí, coincidió, optimista, Alhasani. "Lo más difícil es pelear contra terroristas que vienen de fuera", gracias a las "abiertas" fronteras de Irak, añadió.
La brutal violencia imperante en Irak revela el "extraordinario valor" de los iraquíes al ir a votar, elogió Zoellick.
Jack Straw se mostró "optimista" sobre el futuro de Irak y destacó "progresos notables": la participación electoral el 15 de diciembre "fue mayor en Irak que en Estados Unidos o el Reino Unido".
Queda el futuro de las fuerzas de ocupación anglo-norteamericanas. Los iraquíes quieren que se vayan, igual que la mayoría de las opiniones públicas británica y estadounidense.
"La mayoría de los estadounidenses quiere que las tropas se retiren de Irak", convino el senador McCain. "Pero la mayoría no quiere que esas tropas se retiren de inmediato", porque esa rápida retirada tendría efectos desastrosos, aclaró.
A la opinión pública norteamericana "no le inquieta la presencia de sus tropas en el extranjero", como es el caso en Corea del Sur, citó McCain como ejemplo. "Lo que sí le importa" es que esa presencia "provoque víctimas" (2.241 soldados estadounidenses muertos hasta hoy en Irak), precisó el senador, que abogó por mejorar la seguridad de los soldados.
"La retirada (de las tropas de la coalición) depende directamente de que los iraquíes seamos capaces de asumir la seguridad interna y externa del país", explicó por su parte Alhasani, lo que aún parece lejos de ser el caso.
La idea de una presencia en Irak de tropas árabes, en lugar de la coalición occidental, algunas veces defendida en Occidente, no suscita el menor entusiasmo.
Amr Mussa, Secretario General de la Liga Arabe, presente en el debate, eludió la posibilidad.
"No ha habido ninguna demanda formal" en ese sentido, "que únicamente podría proceder del gobierno iraquí", aseguró, reflejando lo improbable que parece esa hipótesis.