BOGOTÁ.- El desarme de 1.000 ultraderechistas colombianos en la población de Puerto Boyacá (centro), llamada la "cuna del paramilitarismo colombiano", marcó uno de los principales hitos de las negociaciones de paz con el gobierno por tratarse del sitio donde nacieron esos escuadrones.
Puerto Boyacá fue conocida durante dos décadas como "Capital Antisubversiva" de Colombia, y representó para esta país la institucionalización de ejércitos privados, en su mayoría de narcotraficantes, que coparon los espacios dejados por el Estado en la lucha contra la insurgencia de izquierda.
En Puerto Boyacá nacieron en 1980 varios de estos ejércitos privados de propiedad de narcotraficantes como Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha, o de parlamentarios.
Cansados de la presencia guerrillera en la región, dominada entonces por el ELN (Ejército de Liberación Nacional) y el EPL (Ejército de Liberación Popular, desmovilizado en 1990), crearon entonces grupos de mercenarios y sicarios, entrenados en Israel y Estados Unidos, que defenderían sus posiciones en esta zona de Colombia.
Uno de los primeros grupos de los que se tiene noticia en la región fue el MAS, Muerte a Secuestradores, financiado por Escobar y que llegó a tener en sus filas de entrenamiento al célebre mercenario israelí Yair Klein, quién entrenó a muchos hombres de este comando ultraderechista.
El fenómeno paramilitar se extendió, cual "efecto dominó" entonces entre ganaderos, latifundistas y grandes propietarios que convirtieron a sus empleados en sus soldados, llegando a cubrir todo el país y a enfrentarse a las guerrillas a través de la asociación conocida como Autodefensas Unidas de Colombia.