BEIJING.- Tokio y Pyongyang reanudaron hoy, sábado, en Beijing el diálogo para formalizar sus relaciones diplomáticas, tres años después de su último encuentro y con el problema de los japoneses secuestrados por el Norte como prioridad.
"Para la delegación japonesa lo más importante es el problema de los secuestrados (durante las décadas de 1970 y 1980 para enseñar japonés al cuerpo de espías norcoreano)", declaró hoy a EFE un diplomático japonés.
El objetivo fue expresado antes de partir hacia Beijing por Koichi Haraguchi, embajador japonés para la normalización diplomática con Corea del Norte y líder de la delegación, compuesta además por otros 18 diplomáticos nipones.
Ambas delegaciones llegaron hoy a Beijing e iniciaron su primera sesión plenaria en el Hotel China World a las 16.00 hora local (08.00 GMT), aunque las declaraciones del negociador norcoreano antes del inicio del diálogo no fueron muy halagúeñas.
Desde las conversaciones de Kuala Lumpur (Malasia) en 2002, "nuestros esfuerzos para mejorar la relación han sido unilateral e intencionadamente ignorados e insultados", dijo Song Il Ho, embajador norcoreano para la normalización diplomática con Japón y antiguo subdirector para Asia del Ministerio de Asuntos Exteriores.
A pesar de esta afirmación, Song aplaudió la reanudación del diálogo, dijo que espera que las discusiones sean "serias y sinceras" y que tenían "mucho de qué hablar" sobre los secuestrados.
Pyongyang reconoció haber secuestrado al menos a 13 japoneses hace unos 30 años (grupos de derechos humanos señalan que fueron hasta 34) para enseñar su idioma a sus cuadros de espías, y cinco de ellos regresaron en 2002 a Japón, como consecuencia del diálogo mantenido entonces por ambos países para normalizar sus lazos.
Sin embargo, el régimen estalinista sostiene que ocho de estos secuestrados murieron, una explicación rechazada por Japón, que exige más información y cree que al menos otros tres ciudadanos fueron raptados, lo que no ha sido admitido por Pyongyang.
A cambio de hallar una solución al problema de estos secuestrados, el Norte exige una compensación económica a Japón por su ocupación de la península coreana entre 1910 y 1945.
Estas exigencias, que ambas delegaciones tienen hoy sobre la mesa de diálogo, son esgrimidas por ambos países desde hace una década.
Corea del Norte y Japón establecieron un tratado básico de relaciones bilaterales en 1965, y en 1991 iniciaron su primera ronda de diálogo para normalizar lazos diplomáticos, congelada en 1992 cuando Tokio empezó a pedir explicaciones sobre los secuestrados.
Tras ocho rondas de diálogo, congelaron de nuevo sus lazos diplomáticos en 1998, a raíz del lanzamiento de un misil "Taepodong-1" norcoreano hacia territorio nipón.
En el 2000 reanudaron las rondas de diálogo, la última y duodécima en 2002 en Malasia, también estancada tras acusar Washington a Pyongyang de haber reanudado su programa de uranio enriquecido, lo que disparó la crisis nuclear e hizo que Japón retirara su ayuda económica a Pyongyang.
El encuentro que se inicia hoy en Beijing podría durar hasta cinco días, aunque la agenda no ha sido todavía cerrada, según informó a EFE esta misma fuente, y se produce después de trece encuentros a diferentes niveles desde 2002, en los que se incluyen tres de grupos de trabajo y cinco rondas de diálogo nuclear a seis bandas.
En el último encuentro "informal", que finalizó en Beijing el 25 de diciembre, ambos países acordaron crear tres grupos de trabajo para solucionar sendos asuntos clave: los secuestrados, la seguridad (que incluye los programas de misiles y nuclear norcoreanos) y los lazos diplomáticos.
La reunión de hoy es decisiva también para desatascar el diálogo a seis sobre el desarme nuclear norcoreano en el que participan ambos países, los Estados Unidos, Corea del Sur, Rusia y China (país anfitrión), congelado desde noviembre.
En esta crisis, Tokio se siente muy vulnerable por su proximidad geográfica con el Norte, que ha disparado desde 1998 varios misiles balísticos contra territorio nipón que aterrizaron en el Pacífico, por lo que Tokio aceptó entonces la propuesta de Washington de desarrollar un sistema de defensa antimisiles conjunto.