BEIRUT.- La prohibición generalizada en el mundo islámico de representar gráficamente al profeta Mahoma nace de la preocupación por la posibilidad de que se caiga en la idolatría o la falta de respeto.
Varios expertos coinciden en que el Corán, el libro sagrado del Islam, no prohíbe explícitamente dicha representación. La prohibición es principalmente un producto de tradiciones milenarias que ha llegado a convertirse en ley religiosa.
La profunda reverencia hacia Mahoma explica, en parte, la ira desatada en varios países islámicos por unas caricaturas del profeta publicadas en Europa.
"Por respeto al profeta, no queremos mostrarlo de forma que no se ajuste a su imagen", dijo Amin al-Kerdy, una autoridad suní en el Líbano, agregando que "creemos que él era perfecto física y espiritualmente, así que debemos preservar dicha perfección".
Nadie sabe cuál era la imagen de Mahoma, así que cualquier representación sería errónea, "lo que dejaría a la gente con una impresión poco precisa del profeta", concluyó.
Incluso una imagen respetuosa del profeta podría ser profanada, comentó Omar al-Bastawisi, un importante académico de la Universidad egipcia de Al-Azhar.
"Podría quedar pisoteada o ensuciada, y ello no sería correcto", dijo. "Hay varios versículos en el Corán que indican que Mahoma y otros profetas están en un altar especial".
La prohibición de dibujar al profeta se extiende además a otras figuras islámicas, como los discípulos de Mahoma en el siglo VII llamados Sahaba. Por ejemplo, la televisión egipcia suele mostrar programas sobre los inicios del Islam, pero nunca muestra imágenes de Mahoma ni de los Sahaba.
Ídolos popularizados
Hay, sin embargo, excepciones. Algunos eruditos, en su mayoría chiítas, opinan que se pueden representar a los patriarcas islámicos si la intención del artista es genuinamente buena, y si el dibujo se atañe a las descripciones contenidas en el Corán y otros textos sagrados.
Entre los chiítas, las imágenes de los santos Alí y Hussein se han popularizado y adornan llaveros, afiches, automóviles y retratos domésticos. Algunos musulmanes en las zonas aisladas de Irán llevan consigo imágenes que consideran son de Mahoma.
"Mi propio padre, que era un ayatola chií, tenía un retrato del profeta en su escritorio", dijo Mehdi Khalaji, un profesor visitante en el Washington Institute.