LA PAZ.- El Presidente de Bolivia, Evo Morales, no expulsará a los agentes antidroga de Estados Unidos, como pidieron los cultivadores de coca del Chapare, pero advirtió que los funcionarios extranjeros deben respetar la soberanía y dignidad del país.
Así lo expresó hoy el Mandatario en un acto celebrado en el Colegio Militar del Ejército, donde el Alto Mando castrense le entregó el bastón de mando que le corresponde como Capitán General de las Fuerzas Armadas.
El congreso del sindicato de productores de hoja de coca del Chapare, en el departamento central de Cochabamba, había resuelto ayer pedir al gobierno la expulsión de los agentes del Departamento Antidrogas Estadounidense (DEA) que cooperan con el país en la lucha contra el narcotráfico.
Hoy, el Gobernante defendió las relaciones internacionales y sostuvo que los extranjeros tienen derecho a permanecer en el territorio boliviano, en tanto cumplan las normas del país.
"Todos tienen derecho a estar en nuestro país respetando la dignidad y la soberanía nacional, respetando a los pueblos", señaló en un aparente rechazo a la postura de los cultivadores de la hoja de coca, que en el congreso lo reeligieron como su líder por sexta vez consecutiva.
Agregó que Bolivia necesita integrarse con otras naciones de la región y del mundo, pero puntualizó que "las relaciones deben estar orientadas a respetar la dignidad y la soberanía" y deben "buscar soluciones para (los problemas de) las mayorías de los distintos pueblos".
"Por encima de cualquier relación está fundamentalmente la autodeterminación de los pueblos, en este caso de nuestra nación", añadió el Mandatario.
Por un convenio bilateral, Estados Unidos presta asistencia financiera, material y técnica a Bolivia para la lucha contra la producción de cocaína, programa que incluye la presencia permanente de expertos de la DEA y que se desarrolla principalmente en el Chapare.
En esta región el cultivo de hoja de coca está prohibido por ley pero desde fines de 2004 las autoridades han aceptado plantaciones de 1.600 metros cuadrados para cada uno de los más de 30.000 afiliados sindicales, lo que ha proporcionado calma a una zona habitualmente conflictiva.
El congreso de los cocaleros, que concluyó el martes, acordó no sobrepasar la superficie de esas nuevas plantaciones, que tienen una medida conocida popularmente como "cato de coca".
Fuentes de la Embajada estadounidense en La Paz dijeron que la solicitud de los campesinos para la retirada de los agentes antinarcóticos provocó la suspensión de una reunión con autoridades locales responsables de la lucha contra el narcotráfico.
Así mismo, en la legación diplomática estadounidense se recalcó que la decisión del Gobierno de admitir el cultivo de coca en la región del Chapare es contraria a los acuerdos bilaterales.
