FÁTIMA.- El santuario mariano de Fátima se prepara para recibir mañana a decenas de miles de peregrinos con motivo del traslado desde Coimbra de los restos de la hermana Lucía, la más longeva de los tres pastores portugueses a quienes, según ellos, se les apareció la Virgen en 1917.
Más de un cuarto de millón de peregrinos, muchos venidos del extranjero y en especial de la vecina España, pueden congregarse el domingo en Fátima, según previsiones de responsables del santuario, para la inhumación de la que fuese bautizada como Lucía de Jesús dos Santos, quien falleció en 2005.
En previsión de tal aglomeración, la Policía portuguesa organizó un fuerte despliegue de seguridad y tráfico para prevenir el riesgo de una acción de fanáticos religiosos y para que no se colapsen las carreteras que conducen al santuario, donde todos los albergues están a rebosar la víspera del traslado de los restos.
Para quienes no puedan acudir a Fátima, la televisión pública lusa ha anunciado que movilizará a 130 profesionales, 45 cámaras, automóviles y un helicóptero que desde las 08.30 a las 18.00 GMT realizarán una de las mayores transmisiones de su historia, cuya señal será enviada a otras cadenas extranjeras.
La transmisión comenzará en el monasterio carmelita de Coimbra donde estuvo enclaustrada los últimos 48 años de su vida la hermana Lucía del Corazón Inmaculado, nombre que escogió como religiosa, y donde por su voluntad han reposado un año tras su muerte, el 13 de febrero de 2005.
Las cámaras acompañarán los restos de quien muchos católicos lusos desean ver elevada a los altares hasta la Catedral de Coimbra, donde se oficiará la eucaristía antes de emprender el que será su último viaje hasta Fátima, pasado el mediodía.
Una hora más o menos tardará el cortejo mortuorio en recorrer los casi 90 kilómetros que separan Coimbra del santuario, donde tras la llegada se rezará el rosario, la oración que según el testimonio de Lucía y los otros dos videntes, que eran sus primos, les encomendó predicar la Virgen.
Esa oración precederá a una nueva misa en la llamada Capillita de las Apariciones, edificada en el sitio donde los tres niños pastores portugueses dijeron que se mostró ante ellos la Virgen repetidamente desde el 13 de mayo de 1917 y les confió tres secretos ahora ya conocidos.
Concluidos los oficios, pasadas las 15.00 GMT del domingo, los restos de la vidente serán conducidos a la Basílica de Fátima para ser inhumados junto a los de sus primos Francisco y Jacinta, fallecidos en 1919 y 1920, respectivamente.
Pero para muchos fieles, el programa no acabará el domingo, ya que desde temprana hora del lunes se reanudarán los oficios por los videntes, que culminarán con una nueva misa en la Capillita de las Apariciones.
Como complemento, las hermanas Carmelitas van a presentar el domingo en Fátima un disco basado canciones de Lucía, con el título de "No Ceu ha uma janelinha" (En el cielo hay una ventanita), con una edición limitada de 30.000 copias.
Además, el traslado de la vidente no será más que un anticipo de las conmemoraciones en 2007 del 90 aniversario de las apariciones, cuando el episcopado portugués pretende desarrollar un amplio programa de actos, que incluye peregrinaciones, congresos, exposiciones, retiros y vigilias.
Proceso de beatificación
Luis Kondor, encargado de postular la canonización de los dos primos de Lucía, reveló en vísperas del traslado haber recibido más de 17 kilos de cartas en las que se pide la beatificación de la más longeva de los videntes, que vivió hasta los 97 años.
Pero Kondor recomendó a quienes propugnan que Lucía suba a los altares "que tengan calma", porque el Derecho Canónico requiere cinco años antes de la abertura del correspondiente proceso.
Lucía nació el 22 de marzo de 1907 en Aljustrel, cerca de Fátima, profesó como religiosa en 1946 en las Doroteas, tras una temporada en un convento de Tui (España), y en 1948 pasó al Carmelo de Coimbra.
Fue ella quien reveló personalmente al fallecido Juan Pablo II el tercero de los secretos de las apariciones marianas, relacionado con el atentado que sufrió el Papa un 13 de mayo de 1981, festividad de Fátima (los otros dos se referían al fin de la Primera Guerra Mundial y a la prematura muerte de sus primos).