WASHINGTON.— Un creciente número de gobernadores norteamericanos cada vez se quejan en forma más enérgica por el flujo de inmigrantes que llega a sus estados, por lo que buscan que el Presidente y al Congreso tomen medidas al respecto.
Tanto gobernadores republicanos como demócratas dijeron hoy que presentarán sus preocupaciones al presidente George W. Bush y a su gabinete en los próximos días.
"Esto es un tema nacional. Mediante el dinero de los contribuyentes estamos absorbiendo los gastos de las cárceles, los costos de la salud y los de la educación", declaró la demócrata Janet Napolitano, de Arizona, estado en el que 500 mil inmigrantes ilegales fueron devueltos a sus países el año pasado.
Se calcula que hay 11 millones de inmigrantes ilegales que están perjudicando los recursos gubernamentales.
La inmigración es uno de los temas más candentes de la reunión invernal anual de la Asociación Nacional de Gobernadores, a la que asisten más de 40 líderes estatales.
Bush se reunirá con los gobernadores en una cena oficial en la Casa Blanca la noche del domingo.