ISLAMABAD.- El presidente estadounidense, George W. Bush, elogió en Islamabad la "valiente decisión" de su homólogo paquistaní, Pervez Musharraf, de sumarse a la "guerra contra el terrorismo", pero advirtió que "queda mucho por hacer" para doblegar a Al Qaida.
"El presidente Musharraf tomó una valiente decisión después del 11 de septiembre al optar por luchar contra el terrorismo", declaró en una rueda de prensa conjunta con el jefe de Estado paquistaní.
"Queda mucho por hacer para derrotar a Al Qaida. Tenemos que encontrar (a los terroristas) y prepararnos para llevarlos ante la justicia", añadió el presidente estadounidense, al responder a una pregunta sobre los reproches que hacen India y Afganistán a Pakistán, al que acusan de dar cobijo a terroristas.
Bush recordó además la "asociación estratégica" que une a Estados Unidos y Pakistán en este área y destacó "el compromiso" del general Musharraf en el "combate al terrorismo".
Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, Islamabad retiró su respaldo al régimen fundamentalista de los talibán en Afganistán y proporcionó apoyo logístico a la intervención en ese país de la coalición liderada por los norteamericanos.
Pakistán, continuó Bush, "detuvo y mató a varios centenares de terroristas" y también "perdió a varios centenares de sus valientes soldados" en esta guerra contra el terrorismo.
El propio Musharraf, recordó el presidente norteamericano, escapó a varios intentos de asesinato atribuidos a Al Qaida, que no le perdonó su cambio de rumbo estratégico después del 11 de septiembre de 2001.
Bush mencionó el atentado suicida que el jueves segó la vida de un diplomático estadounidense y tres paquistaníes cerca del consulado de Estados Unidos en Karachi (sur) como una señal de que "la guerra contra el terrorismo continúa".
Al subrayar la "larga y profunda cooperación" entre Pakistán y Estados Unidos, Bush pidió a su homólogo que las elecciones previstas para 2007 sean "libres y honestas", pues la democracia, dijo, es la mejor manera de derrotar al terrorismo.
Bush también agradeció al general Musharraf sus esfuerzos por luchar contra la proliferación nuclear, aunque cercenó cualquier esperanza que pudieran albergar sus anfitriones sobre la firma de eventuales acuerdos de libre comercio y cooperación nuclear civil.
Islamabad esperaba un tratado bilateral sobre las inversiones, primera etapa de un acuerdo de libre comercio entre los dos países. "Trabajamos en ello", se limitó a comentar el presidente.
Los paquistaníes también querían beneficiarse de un acuerdo de cooperación nuclear civil similar al que firmó el jueves en Nueva Delhi con India.
"Pakistán e India son dos países diferentes, con necesidades diferentes e historias diferentes", subrayó el presidente Bush antes de agregar: "por lo que a medida que progresamos, nuestras estrategias tendrán en cuenta estas diferencias bien conocidas".
La imagen de Pakistán se vio empañada después de que se diera a conocer en febrero del 2004, que el padre de su bomba atómica, Abdul Qadeer Khan, había dirigido una red de exportación de tecnologías nucleares a Irán, Libia y Corea del Norte.
Por otra parte, Bush también destacó que las autoridades indias y paquistaníes están decididas a resolver el contencioso sobre Cachemira, algo que Estados Unidos alienta, recordó.
La visita de Bush a Pakistán es la tercera etapa de su primera gira por el sur de Asia, después de Afganistán e India, y ha estado rodeada de estrictas medidas de seguridad.
Dos días después del atentado de Karachi y las diversas manifestaciones en las grandes ciudades del país en protesta por la visita de Bush, la oposición islamista decretó un "día negro" por el presidente estadounidense, mientras que las fuerzas de seguridad han permanecido en alerta máxima para prevenir cualquier incidente.