PARÍS.- El Presidente francés, Jacques Chirac, pidió hoy a los sindicatos y al Gobierno que reanuden el diálogo para evitar que la revuelta estudiantil de los últimos días se convierta en una protesta incontrolable, mientras el país se prepara para una nueva gran jornada de manifestaciones este sábado.
Horas después de que las protestas contra un nuevo contrato laboral destinado a los menores de 26 años degeneraran en enfrentamientos entre policía y jóvenes violentos en París y otros puntos de Francia, el Jefe de Estado apeló a la "responsabilidad" de todos.
Chirac subrayó que las manifestaciones deben "llevarse a cabo en calma y en el respeto a todos" y volvió a defender este contrato, calificado de "elemento importante" de la batalla contra el desempleo, que afecta a un 25% de los jóvenes de este país.
Sin embargo, estos llamados al diálogo del Presidente no evitarán las manifestaciones previstas para este sábado en unas 160 ciudades de Francia.
Será la tercera jornada de movilización general y los responsables estudiantiles confían en que sea "decisiva", ya que en ella participarán sindicatos y partidos políticos de izquierda.
Los manifestantes desean que el Gobierno retire el llamado Contrato de Primer Empleo (CPE), aprobado recientemente por el Parlamento, porque según ellos fomentará su precariedad laboral.
El punto más polémico de esta disposición laboral es que el trabajador puede ser despedido de la noche a la mañana, sin explicaciones ni indemnizaciones, durante un periodo de dos años.
Según un sondeo publicado hoy por el diario "Le Parisien", un 68% de los franceses se opone actualmente al CPE, apadrinado por el gobierno del Primer Ministro Dominique de Villepin, que asiste impotente a estas multitudinarias manifestaciones.
"Sus llamados al diálogo fueron tardíos y cayeron en saco roto. Esa actitud debería haberla tenido cuando presentó el proyecto de ley", criticó el diario "Liberation".
Efectivamente, Villepin, que hizo de la lucha contra el desempleo la prioridad de su gestión, ve cómo su popularidad se desmorona a poco más de un año de las elecciones presidenciales, en la que es considerado el sucesor natural de Chirac.
Un campo de batalla
Entre 70 y 80 ciudades francesas fueron escenario ayer de manifestaciones contra el CPE.
En total, 247.500 personas, según la policía, y 500.000, según los organizadores, participaron en estas protestas en todo el país. Sólo en París los manifestantes alcanzaron los 33.000, según la policía, o los 120.000, según los sindicatos.
Los enfrentamientos en pleno Barrio Latino y en la plaza de la célebre universidad de la Sorbona convirtieron el corazón de la capital francesa en un verdadero campo de batalla.
Los agitadores, la mayoría ajenos al movimiento estudiantil, arrojaron cócteles molotov, piedras, botellas y pintura a los policías, quienes respondieron con agua a presión y gases lacrimógenos.
Varios automóviles fueron quemados y diversos comercios acabaron saqueados en imágenes que recordaron extrañamente a los disturbios originados en los barrios periféricos de París el pasado noviembre.
Según fuentes policiales, 187 personas fueron arrestadas ayer en París, de las cuales 77 siguen en detención provisional. Además, fueron abiertos 104 expedientes por robo con violencia, ataques contra agentes o porte de armas.
Pese a que no estaban previstas manifestaciones para hoy, la tensión continuaba y más de 50 universidades, de un total de 84, estaban bloqueadas o parcialmente en huelga.